Actualmente, se ha hablado mucho acerca de una práctica en el sexo lejana de la actividad intima convencional. Es un giro bastante genial, pues cada vez más mujeres se dejan de tanto tabú para descubrir su sexualidad latente. Se trata del sexo bondage. Para empezar, sólo imagínate que su traducción al español es esclavitud o servidumbre. Muchas cosas se vienen a tu cabeza cuando incluyes esas dos palabras en función al sexo. Todo lo que pienses puede ser válido. Esta atrevida práctica de pareja puede despertar la curiosidad de las mujeres más tradicionales ¿Te atreverías a intentarlo?
Debido al auge de libros y películas que han glorificado el sexo bondage, como por ejemplo 50 sombras de Grey. Son muchas las mujeres que ahora se atreven a experimentar la sensación del sexo no convencional con sus parejas. En lo que respecta al sexo bondage, puede que tengas algunas dudas al respecto. Sin embargo, todo será aclarado si te dedicas a conocer sobre este tema. Específicamente esta actividad sexual requiere de conocimiento previo por parte de ambos, antes de iniciar con la diversión. Ya sabes, un poco de teoría antes de la práctica no le hace daño a nadie, además es más seguro.
¿En qué consiste el sexo bondage?
Al hablarse de esclavitud puede que ya te hagas de una idea aproximada de lo que se realiza, mediante esta práctica sexual. El sexo bondage, se trata de atar el cuerpo de la otra persona involucrada. Ya sea, atado completamente o en sitios específicos como las manos o los pies. La sensación que busca generar es la de control absoluto de una de las partes ante la sumisión del otro. La idea principal es que la persona que está siendo “esclavizada”, se mantenga físicamente incapaz de moverse. Mientras que, la otra persona se encarga de controlar la situación y volver realidad todas sus fantasías sin ninguna limitante.
¿La práctica del sexo bondage es comparable con el sadomasoquismo?
La respuesta es no. Erróneamente se suele confundir las finalidades y objetivos de estas dos prácticas sexuales tan poco comunes. La diferencia clave es que el sexo bondage no encuentra el placer en el dolor como lo hace el sexo sadomasoquista. No debes confundir estas corrientes, pues la idea de esclavizar o ser eslavizada por tu pareja no debe ser dolorosa. Se trata del dominio y el control. No de la tortura o el daño físico al otro. El sadomasoquismo es algo más avanzado y con otras finalidades más arriesgadas que podrías atreverte a intentar también. Si el caso es que te gusta el dolor.
El placer del sexo sin restricciones ni inhibiciones para ambos es lo que deben conseguir de cualquier práctica erótica. Tanto el sexo bondage como el sadomasoquismo, están lejos de ser vistas como actividades comunes para la intimidad entre parejas. Eso no significa que, debas cerrarte a la idea de intentar alguna de estas formas de placer no convencionales. Si es algo que ambos disfrutan no hay porque avergonzarse o limitarse a la hora de intimar como pareja. De hecho, este tipo de prácticas pueden darle un giro muy positivo a la relación al alejarse de la monotonía.
¡Jamás he practicado este tipo de actividad sexual antes!
No hay de qué preocuparse. Nadie nace aprendido y aun así se logra disfrutar de los placeres de la vida. Para todo hay una primera vez, eso también aplica para el sexo bondage. Sólo es cuestión de conocer todo acerca del tema. Inicialmente, la mejor idea es que no sea una práctica tan intensa. Puesto que, no sabes hasta donde podrás llegar. Es recomendable que vayan poco a poco, empezando con ataduras no muy fuertes y en zonas específicas del cuerpo. A medida que van avanzando en la práctica, estarán más abiertos a intentar cosas más arriesgadas y posiciones más difíciles.
Es muy importante que, ambos, establezcan una especie de palabra clave o código para hacerle saber al otro que pare. En el sexo bondage, las palabras que describen contrariedad suelen ser algo tomado como positivo. Por ello, “detente” no funciona mucho. Por la naturaleza de la práctica puede considerarse como todo lo contrario, lo que hará que la persona siga. Establece una oración que no tenga nada que ver con el acto sexual para que tu pareja se detenga. Esto es clave para ir descubriendo los límites a los que pueden llegar, sin que nadie tenga que salir lastimado.
Si estas novato en el sexo bondage, debes andarte con cuidado para evitar herirte o herir a tu pareja al practicarlo. Es muy importante que busques algo con lo que puedan ser inmovilizados sin causarse molestias en la piel. Existen cuerdas especiales que consigues en sex shops para atar el cuerpo sin lastimar las zonas más sensibles. Puedes usar esposas o alguna corbata, aunque la cinta y las bufandas también funcionan muy bien para atar al esclavo. Lo importante es que no sean ataduras incomodas o en posturas muy complicadas para mantenerse por mucho tiempo inmovilizados.
¿Qué rol debo asumir al practicar sexo bondage con mi pareja?
Esa decisión va muy ligada a tu personalidad en la cama. Es decir, si eres sumisa, dominante o ambos roles. Evidentemente, si eres una chica sumisa te gustara la idea de ser atada y esclavizada por tu chico. Pero si lo tuyo es dominar, serás tú quien inmovilice a tu pareja para hacerte cargo de la situación. En el mejor de los casos, el mayor provecho del sexo bondage lo tendrás si disfrutas de ambos roles sexuales. Puesto que, puedes pasar de ser dominante a estar atada según el estado de ánimo en el que te encuentres. No te limites, todo es cuestión de comunicación y diversión sexual.
Sexo bondage seguro: recomendaciones para tener en cuenta
Esta atrevida práctica sexual, tiene sus riesgos. Esto no significa que no puedas evitarlos si piensas en la seguridad. Debes tener claro que, para evitar cualquier accidente hay ciertas zonas prohibidas del cuerpo que no deben ser atadas. Durante el sexo bondage, por ningún motivo el objeto usado para atar debe pasar alrededor del cuello del otro. Del mismo modo, en la zona del diafragma no deben realizarse ataduras de ningún tipo. La presión de las ataduras no debe ser exagerada, pues podría afectarse la circulación de ciertas zonas del cuerpo.
Otra recomendación importante al practicar el sexo bondage es tener unas tijeras a la mano en caso de emergencia. En especial si te estas iniciando con tu pareja en esta práctica sexual no convencional. Deben estar preparados para todo. Puede que las ataduras lleguen a incomodarlos a tal punto que se sientan desesperados. Por ese motivo, algún objeto cortante para liberarse rápidamente es necesario en caso de que el pánico ataque. Sólo se trata de intentar y ver como resulta. Si el resultado es positivo amarás utilizar las ataduras en la cama.
Un factor muy importante…
El factor realmente importante a la hora de atreverte a este tipo de encuentros sexuales es la confianza. Para practicar el placer sexual de la servidumbre, debe haber entera confianza y comunicación en la pareja. No es recomendable intentar este tipo de actividades con la idea de complacer a tu pareja, pues puede resultar terrible.
Ambos deben tener la curiosidad y las ganas de intentar el sexo bondage. De esta manera, ambos se sentirán cómodos al hacerlo. Por esa razón, lo más sensato es realizar este tipo de atrevimientos con tu pareja estable y no con aventuras pasajeras. Los amoríos casuales no son los más ideales para someterte a estas prácticas sexuales, pues la confianza no es sólida. En cambio, con una pareja estable puedes hablar todo lo que deseas hacer y escuchar los deseos del otro. Juntos pueden hacer realidad sus fantasías. Sólo se trata de experimentar su sexualidad como pareja y llevarla a otro nivel de placer mutuo e intenso.