¿Hay noches en las que evitas irte a la cama a la vez que tu marido para que ya se haya dormido cuando llegas tú? ¿Qué fue de la tigresa que habitaba en tu interior y que no podía esperar para estar a solas con su pareja?
Gracias a los niveles cambiantes de hormonas que las mujeres experimentan durante la menopausia, tu libido puede estar cayendo en picado. La falta de deseo sexual se produce en aproximadamente el 30% al 50% por ciento de las mujeres menopáusicas, y según los estudios los problemas más comunes son el bajo deseo sexual, dificultad para alcanzar o mantener la excitación sexual e incapacidad para lograr un orgasmo.
¿Significa eso que tenemos que resignarnos a vivir la segunda mitad de nuestras vidas sin placer? ¡No! Solo porque hayas alcanzado cierta edad, no significa que ya no necesites sexo en tu vida. Si sientes que tu deseo sexual está desaparecido en combate y te preocupa que nunca vuelva, en este artículo te explicamos cómo recuperarlo.
Comprende tu deseo sexual (o la falta de él)
Para algunas mujeres, la falta de deseo sexual o incluso la imposibilidad de tener relaciones sexuales a cierta edad está relacionado con síntomas específicos resultado de cambios hormonales que comienzan en los años 40, como por ejemplo la falta de lubricación. Pero lo cierto es que cuando el bajo deseo sexual está relacionado con la salud física y no con la emocional, es más fácil de recuperar. Para algunas mujeres, todo lo que se necesita es un poco de lubricante o crema de estrógeno en el área del clítoris.
Pero la falta de libido no suele venir sólo por una causa física, sino que está íntimamente ligada al complejo algoritmo emocional que conforma el impulso sexual de una mujer. Si una mujer está molesta, confundida, cansada, si se siente sobrecargada de trabajo o poco apreciada por su pareja, o cuando su autoestima es muy baja, un tubo de lubricante no será suficiente para hacer que tenga ganas de tener relaciones sexuales. Incluso cuando el cuerpo de una mujer se excita físicamente, su cerebro no lo reconocerá si no está emocionalmente abierta a hacer el amor.
Encuentra tu deseo sexual de nuevo
Comprueba que sigue intacto
Olvídate de tu pareja y concéntrate estrictamente en el sexo. Prueba a masturbarte (o simplemente imaginarte) cumpliendo tu fantasía sexual más disparatada con quien más te apetezca -una estrella de cine, un amante anterior, un extraño misterioso- y comprueba cómo te sientes. Si logras sentir una ligera excitación, aunque no sea abrumadora, no hay duda de que tu cuerpo y tu deseo siguen intactos y son otros problemas los que debes solucionar.
Acostumbra a tu cuerpo a excitarse
El deseo sexual se activa teniendo sexo, igual que el movimiento se demuestra andando. Si disfrutas de las relaciones con tu pareja una vez que han sido iniciadas, aférrate a ese pensamiento aunque te falten ganas al principio. No consiste en forzarte a tener relaciones, sino a restarle importancia al pensamiento inicial de que no te apetece y céntrarte en lo mucho que te gusta lo que viene después. Si vuelves a adquirir el hábito de excitarte, cada vez te costará menos.
Resuelve los problemas que te impiden disfrutar
Muchas mujeres tienen miedo de admitir que su relación es la causa de sus problemas de deseo porque temen que eso signifique el fin de su matrimonio. Pero lo cierto es que la mayoría de las veces no son problemas catastróficos problemas a nivel de un divorcio los que se interponen en el camino, sino más bien una compilación de problemas pequeños pero muy «corregibles» que se acumulan con el tiempo.
Hazle saber a tu pareja cómo te sientes, qué necesitas de ella y qué cosas te molestan: al quitarte este peso de encima y eliminar el resentimiento, podrás recuperar tu deseo sexual. En cuanto a la falta de autoestima, ten en cuenta lo más importante: el hecho de que quiera hacerte el amor significa que te encuentra atractiva. Así que agárrate a ese pensamiento y ve a por ello.
Vuelve a enamorarte de tu pareja
Aunque sean solo 20 minutos al día, es importante pasar tiempo juntos y solos (lejos de los niños, el teléfono, el trabajo, la tele…) Esto favorecerá la comunicación y os ayudará a recuperar la química entre vosotros. También podéis intentar tener citas una vez a la semana, para cenar o para comer: retomar los viejos buenos hábitos de la época de noviazgo puede ser un estímulo muy sexy.