Vigorexia: obsesión por el cuerpo y el deporte

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La vigorexia es un trastorno dismófico corporal. Es decir, la persona tiene una realidad distorsionada de su cuerpo. Bien porque cree que padece algún defecto o bien porque exagera un defecto leve. Lo que produce es una preocupación excesiva por alguna parte concreta del cuerpo. Como pueden ser las piernas, los brazos, la nariz. Los síntomas son fáciles de identificar.

la vigorexia, mujer

La persona que lo padece intenta remediarlo constantemente. De una forma obsesiva, dándole una preocupación prioritaria. Como puede ser haciendo ejercicio físico constantemente, para corregir ese defecto. Mirándose al espejo con frecuencia, comprobando que el sacrificio por corregirlo da resultados. O en muchos casos, acudiendo a la cirugía estética, cuando se trata de pechos o algunos aspectos del rostro facial.

La persona que padece vigorexia, tiende a la inseguridad. No siente comodidad a la hora de vestir. Piensa que la ropa no le favorece. Ocasionando graves problemas de autoaceptación y autoestima.

Aunque a priori parezca un problema físico. El caso es que es un problema psicológico. Son personas a las que le afecta de forma muy negativa el canon establecido. Por lo que tienen al perfeccionismo. También a compararse constantemente con los demás. E induciéndose estados de estrés por alcanzar el estándar de belleza propuesto.

La vigorexia implica comportamiento obsesivo con el cuerpo

Una vez que los síntomas se han desarrollado, la persona que padece vigorexia tiende a aislarse. Ya que los resultados no le causan conformidad. Es decir, puede pasar horas en el gimnasio o someterse a una operación estética, y sentir que ha empeorado. En los casos más extremos la persona puede llegar a padecer depresión. Ya que el sentimiento de frustración y ansiedad son reforzados hasta unos niveles preocupantes.

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Los estudios estadísticos demuestran que las personas que padecen vigorexia son una de entre 2.000. Y que un 5% de los mismos, son usuarios habituales de gimnasio. Tal es el caso de los culturistas. Los cuales consumen grandes cantidades de anabolizantes y es un perfil muy susceptible de padecer este trastorno. Ya que muchos de ellos, convierten en una obsesión el desarrollo de los músculos.

La persona que padece vigorexia tiene baja autoestima y tiende a aislarse

Esto conlleva un cambio de percepción. La persona que padece vigorexia puede ser grande y musculosa, pero verse pequeña y débil. Lo que provoca que aumenten el tiempo de realizar ejercicio físico de forma compulsiva. Con la intención de alcanzar el canon de cuerpo atlético.

Otro de los síntomas más comunes en las personas que padecen vigorexia es el cuidado con la dieta. Intentando que sean bajas en hidratos y grasas. Acudiendo al consumo e anabolizantes para aumentar rápidamente la masa muscular.

Los estudios estadísticos demuestran que es más proclive en hombre que en mujeres. Siendo los hombres que padecen vigorexia un 80%, frente al 20% en las féminas. Entre las causas que lo produce, se pueden observar varías variables. Por una parte, el aspecto social al que hemos mencionado. También se alude a aspectos conductuales. Como timidez o carencia de capacidad de socialización. Y baja autoestima junto con la idea enraizada de perfección. Además, un aspecto desconocido, es que produce cambios en el mecanismo neuronal. Tales como alteraciones en los niveles de serotonina.

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La persona que padece vigorexia tiende, como hemos señalado al aislamiento. Un efecto visible, es que dan de lado al trabajo, a los estudios o a las relaciones con la familia y amigos, para centrarse en el deporte.

Entre sus consecuencias, es que a largo plazo puede dañar los huesos, los músculos y las articulaciones. Incluso padecer hipertensión o daño renal, así como riesgo a sufrir un infarto.

Los tratamientos para superar la vigorexia, son variados. En los casos muy graves hay que acudir a tratamientos médicos como los inhibidores de serotonina. Este tipo de medicación hay que acompañarla con psicoterapia. Con técnicas como relajación, hipnosis, taller de autoestima, etc. Lo que se intenta sobretodo, es intentar reducir los pensamientos recurrentes compulsivos del paciente.

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