Kéfir de leche y kéfir de agua: beneficios, diferencias y cómo hacerlos

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Los granos de kéfir, con todo su aporte como alimento probiótico, se han convertido en uno de los superalimentos más deseados por quienes optan por una alimentación más sana. Sin embargo, hay que tener precaución: no se pueden comer tal cual se venden, sino que hay que fermentarlos, puesto que los nódulos de kéfir se toman fermentados en líquido. La receta original del kéfir es con leche, si bien en los últimos años se ha extendido entre veganos e intolerantes a la lactosa la opción de elaborar kéfir de agua. ¿Qué diferencias hay entre el kéfir de leche y el kéfir de agua? ¿Cuál es mejor? ¿Cómo se preparan? Te lo contamos todo en este artículo.

kéfir de leche y kéfir de agua

Beneficios del kéfir que te convencerán para tomarlo desde ya

Casi todos los beneficios del kéfir derivan de su componente probiótico, y del plus nutritivo que aporta a la leche. Así, uno de sus principales beneficios es que regenera la flora intestinal, por lo que está especialmente indicado para personas que sufren indigestión, candidiasis, estreñimiento o diarrea de forma habitual.

Por otra parte, el proceso de fermentación que tiene lugar durante su elaboración hace que el contenido de la lactosa en los kéfir de leche sea mínimo, trasmutando esa lactosa en ácido láctico, que es muy bueno para el músculo. De esta forma, incluso quienes tienen intolerancia leve a la lactosa pueden tomarlos, ya que, además, también aligera de grasa a la leche.

Eso sí, con el kéfir hay que tener muy presentes los tiempos de fermentación, pues podemos conseguir el efecto contrario al buscado. Si se cuela a las 24 horas, el kéfir de leche tiene un ligero efecto laxante, mientras que si se deja más tiempo, es astringente.

kéfir de leche y kéfir de agua

Diferencias entre kéfir de leche y kéfir de agua

El kéfir es un alimento fermentado, o lo que es lo mismo, los microorganismos vivos de los nódulos, entre los que predominan las levaduras y bacterias como los lactobacilos, reaccionan con los componentes del líquido que los contienen cuando se deja a temperatura ambiente. El resultado es una bebida ácida.

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En el kéfir de leche la base sobre la que se crea es la leche, y, por lo tanto, el producto que se obtiene es una leche fermentada con un ligero sabor ácido con las mismas cualidades nutricionales que la leche original y un extra de probióticos interesantes.

Así, el kéfir de leche aporta al organismo proteínas de calidad, azúcares naturales, grasas «suavizadas», cuya cantidad será mayor o menor medida según el tipo de leche que utilicemos (desnatada o entera), con un importante aporte de minerales como el calcio, potasio, fósforo, y también vitamina D.

receta kéfir

Por su parte, el kéfir de agua tiene la particularidad de que si bien los microorganismo que actúan son los mismos, dado que el agua que se suele utilizar tiene algo de azúcares (ya sea panela o azúcar sin refinar) el resultado es más bien una bebida carbonatada. Eso sí, sin rastro de grasas y con todos los nutrientes del kéfir tradicional.

De ahí que la mayor diferencia entre el kéfir de leche y kéfir de agua sea que éste último no aporta proteínas ni grasas, y tampoco es fuente de vitaminas y minerales.

¿Cuál es mejor?

Al final, la decisión sobre qué tipo de kéfir beber la tienes que tomar tú en función de tu tipo de alimentación, tus preferencias o tus necesidades nutricionales. Como hemos visto, el kéfir de agua es menos nutritivo que el que lleva leche, pero también menos calórico y tiene menos carbohidratos y grasas.

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Así pues, si estás inmersa en algún tipo de dieta regulada por nutricionistas, es una opción atractiva. Y si ya tomas las raciones de calcio y lácteos recomendadas, puede ser una buena opción para variar la dieta. Por otra parte, con el kéfir con agua puedes mezclarlo con otros productos como smoothies saludables o incluso en los zumos.

Cómo hacer kéfir de leche y kéfir de agua

La receta para hacer kéfir de leche o kéfir de agua es muy sencilla, aunque vas a necesitar calcular cuándo los vas a tomar, puesto que hay que dejarlos reposar al menos un día. Pero véamos cómo hacer en casa kéfir.

este alimento es un tipo de probiótico

Así se elabora el kéfir de leche

Para hacer kéfir de leche en casa, evidentemente, necesitaremos leche – preferiblemente entera – y nódulos de kéfir en una proporción de 3 a 1, respectivamente. Si puedes, haz la mezcla en una botella de cristal. En cualquier caso, debemos dejar la mezcla en reposo durante 24 horas a temperatura ambiente. Es muy probable que los nódulos de kéfir estén como si fueran grumos. Tranquila, solo tienes que colarlas y listo el kéfir de leche casero.

Cómo preparar kéfir de agua

En cuanto al kéfir de agua, vas a ver que el procedimiento es muy similar: calcula tres cucharadas de nódulos para cada litro de agua (importante, libre de cloro). Si quieres darle un poco de dulzor, añade panela pero no miel. El sabor con los nódulos no es muy agradable. Aquí necesitamos un tiempo de reposo de 48 horas, abriendo ocasionalmente el bote. Pasado ese tiempo tenemos listo nuestro kéfir de agua casero.

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