Aunque eso de autofagia nos puede sonar más a película zombie de serie B que a un término médico, lo cierto es que es todo lo contrario: no tiene nada que ver con el canibalismo y no es perjudicial, sino beneficioso para nuestro organismo. Entonces ¿qué es la autofagia? Es un proceso celular que nos ha ayudado a evolucionar como especie y que todavía a día de hoy puede aportarnos numerosos beneficios. En este artículo te los explicamos todos.
¿Qué es la autofagia?
En términos estrictamente científicos, la autofagia es un proceso dinámico y genéticamente regulado asociado a la formación del autofagosoma, una vesícula citoplásmica de doble membrana que envuelve los componentes celulares. El autofagosoma, una vez que completa su formación, se fusiona entonces con el lisosoma, convirtiéndose en autolisoma y secuestrando otros componentes celulares que son degradados luego por las hidrolasas lisosómicas. Este sistema de degradación mediado por el lisosoma desempeña un papel regulador en la biología de las células de mamíferos al eliminar los orgánulos dañados y reciclar los nutrientes derivados de la autofagia
Entonces, para entendernos, podemos decir que la autofagia es un mecanismo celular ancestral cuya principal función es preservar tu vida. Durante los momentos de estrés extremo, infección o hambre, este proceso se activa para maximizar la reparación y minimizar el daño. La autofagia puede hacer que un intruso infeccioso se muera de hambre por la glucosa, reducir la inflamación para que el sistema inmunológico pueda actuar más fácilmente y reparar los daños causados tanto por la infección como por la inflamación. En resumen, los animales -el hombre inclusive- evolucionaron utilizando la autofagia para conservar la energía y reparar los daños en aquellos momentos en los que faltaban las fuerzas, convirtiéndose en una parte crítica de la capacidad del sistema inmunológico humano para combatir las enfermedades y alargar la vida.
Beneficios de la autofagia para tu organismo
Ahora que ya sabemos qué es la autofagia, solo nos queda por saber dos cosas: que podemos ayudar a nuestro cuerpo a activarla a través del ayuno intermitente, y conocer los beneficios que nos aporta:
Ayuda a que tu metabolismo celular funcione mejor
La autofagia elimina aquellas partes de las células que están en mal estado y las reemplaza. Lo hace por ejemplo con las partes mitocondrias, que son los motores celulares. Queman grasa y producen ATP, el combustible de tu cuerpo. En las mitocondrias se acumulan muchos desechos tóxicos que pueden dañar las células, y romperlas para eliminarlos y reemplazarlas evita el futuro desgaste de tus células. La autofagia de otras partes de la célula ayuda a que toda la célula trabaje más eficientemente no sólo para quemar combustible sino también para sintetizar proteínas. Las células más sanas trabajan más eficientemente.
Reduce el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas
La autofagia ayuda a las células a limpiar las proteínas que no están haciendo su trabajo y es menos probable que se acumulen. Por ejemplo, en la enfermedad de Alzheimer la autofagia elimina el amiloide, y en la de Parkinson la autofagia elimina ⍺-sinucleína. Hay una razón por la que se piensa que la demencia va de la mano de la diabetes: el alto nivel de azúcar en sangre constante impide que la autofagia se active, lo que dificulta el proceso de limpiar las proteínas de la célula que no funcionan correctamente, que es donde suelen desarrollarse estas enfermedades.

Ayuda a combatir las enfermedades infecciosas
Como ya hemos mencionado anteriormente, la autofagia puede ayudar a activar la respuesta del sistema inmunológico de nuestro cuerpo cuando sea necesario. Además, este proceso tambié puede eliminar ciertos microbios directamente del interior de las células, como el Mycobacterium tuberculosis, o virus, como el VIH. Asimismo, también puede eliminar las toxinas creadas por las infecciones, lo que es especialmente importante para las enfermedades transmitidas por los alimentos.
Reduce la inflamación
La autofagia ayuda a estimular o sofocar la respuesta inmunológica que se necesita. La mayoría de las veces, la autofagia disminuye la inflamación de la respuesta inmunológica eliminando las señales (proteínas llamadas antígenos) que la desencadenan.
Mejora el rendimiento muscular
Al crear microdesgarros e inflamar los músculos durante el ejercicio, el tejido muscular requieren reparación y la demanda de energía aumenta. Tus células musculares responderán a esto sometiéndose a la autofagia para reducir la energía necesaria para usar el músculo, degradar los componentes dañados y mejorar el equilibrio de la energía para reducir el riesgo de daños futuros.
Es beneficiosa para la salud digestiva
Las células que recubren tu tracto gastrointestinal se pasan el día trabajando, ya que comemos cada pocas horas. Como resultado de la activación de la autofagia, tus células digestivas pueden descansar y restaurarse, limpiarse de basura y reducir o activar el sistema inmunológico según sea necesario. Debido a que una respuesta inmune crónica en el intestino puede abrumar e inflamar tus intestinos, la oportunidad de descansar, reparar y restaurar la flora intestinal es crítica para la salud de tu intestino. Activa la autofagia con un programa de ayuno prolongado durante la noche y así podrás darle a tu intestino el tiempo que necesita para sanar.
La autofagia te alarga la vida
Si te decimos que este proceso celular retrasa el envejecimiento puede que te parezca demasiado bonito como para ser verdad, pero no mentimos: la belleza no está solo en la piel, sino que viene de dentro (literalmente). Desde los años 50, los científicos han sabido del proceso de la autofagia, pero estudios recientes han revelado más sobre cómo mejora la salud de tus células. En lugar de tomar nuevos nutrientes, las células que se someten a la autofagia reciclan las partes dañadas que tienen, eliminan el material tóxico y se reparan a sí mismas. Cuando tus células se reparan a sí mismas, funcionan mejor, y pueden comportarse como células más jóvenes.