Son numerosas las formas con las que las personas deciden adelgazar. Sin embargo, muchas de ellas o no son efectivas o no son sanas. Existen diversas propuestas al respecto, pero lo primero que hay que tener en cuenta en estos casos es que nuestra salud es lo más importante. De este modo, a la hora de perder peso tenemos que darnos cuenta de que es un proceso en el que no podemos creer en los milagros, que puede ser largo y que hay que apostar por aquellas opciones recomendadas por los profesionales, ya sean médicos o nutricionistas. Una de las que a día de hoy se están poniendo muy de moda es la dieta del limón. ¿Sabes si puede beneficiarte y en qué consiste?
La dieta del limón ¿En qué consiste?
La sociedad nos exige unas medidas que, en muchas ocasiones, no se traducen en un cuerpo saludable. Por ello, no podemos dejarnos llevar por ciertas modas, por ciertas tallas ni por ciertas críticas. Si tenemos que trabajar en algo además de en la salud, es en el amor propio. La belleza no se basa en un peso u otro, sino en una personalidad, en un progreso y en una actitud que puede decir lo mejor de nosotros mismos. Ahora, si de verdad tienes que perder unos kilos de más porque te ayudará a estar mejor por dentro y por fuera, vamos a analizar una de las soluciones que se proponen para perder peso rápido: la dieta del limón.
¿Qué es la dieta del limón?
La dieta del limón se conoce por ser muy estricta. Básicamente, consiste en alimentarse de alimentos diuréticos, como puede ser el limón. Este tipo de productos destacan por eliminar aquellos líquidos que se retienen en el organismo de una forma sencilla. Quienes apuestan por esta opción, consiguen depurar el organismo, ya que acaba con el exceso de líquidos que puede tener el cuerpo. Además, se evita que queden retenidos aquellos que se ingieren a partir del comienzo de la dieta.

Por supuesto, no es oro todo lo que reluce. Se trata de una opción que ayuda a perder peso rápido para una circunstancia concreta, como puede ser una competición. Sin embargo, cuando uno deja de lado la dieta del limón y vuelve a su alimentación normal, parte del peso perdido se recuperará de forma rápida. La razón es que se vuelven a beber los mismos líquidos que se estaban tomando hasta el momento.
Pensarás que una opción, teniendo en cuenta lo anterior, es seguir con la dieta del limón hasta que no te importe recuperar esos kilos que has conseguido eliminar. Sin embargo, los expertos piden que quienes apuesten por este proceso no lo alarguen más de cinco días. Es cierto que hay personas que hacen caso omiso de este consejo y llegan a superar las tres semanas respecto al seguimiento de esta dieta, pero, después, las consecuencias pueden ser graves, pues el cuerpo no recibirá el aporte calórico que necesita ni los nutrientes necesarios para hacer frente a las rutinas diarias.
¿La dieta del limón es una dieta perjudicial?
No, si no se abusa de ella. La razón es que está pensada para perder grasa corporal en poco tiempo, para cumplir con los requisitos en una sesión de fotos, por ejemplo. Sin embargo, alargarla más días de los recomendados sería apostar contra nuestro estado de salud. Hay que ser conscientes de que la dieta es muy restrictiva. Por ello, no hay que obsesionarse con los resultados en ningún momento.
Hacer la dieta del limón paso a paso
Si queremos apostar por la dieta del limón, tenemos que hacerlo de un modo seguro. De este modo, no podemos seguirla por nuestra cuenta, sino que tenemos que seguir unos pasos que nos guiarán durante cinco días por este proceso.

Menú semanal
Hacer un menú semanal siempre puede resultarnos complicado, ya sea por pereza o por falta de tiempo. Sin embargo, cuando queremos hacer la dieta del limón es recomendable elaborar uno para que no nos olvidemos de ciertos nutrientes que el cuerpo necesita para sentirse lo mejor posible ante un aporte calórico tan bajo. Se trata de recetas muy sencillas que pueden hacerse por todo tipo de personas y sin saber apenas cocinar.
Lunes
El lunes, para desayunar, es recomendable tomar en primer lugar una taza con un 75% de agua y un 25% de zumo de limón. Este vaso estará acompañado de un yogur natural con avena. A la hora del almuerzo, volvemos a la taza de agua con limón, ingiriendo además dos lonchas de pavo. Para comer, además de la taza de agua y limón, se apostará por dos filetes de pechuga con cebolla y tomate a la plancha. A la hora de merendar, además de la taza obligada, una tortilla con dos claras de huevo te sentará muy bien. Finalmente, para la cena, además de la taza de agua con limón, tomarás una ensalada mediterránea con los siguientes ingredientes: pepino, tomate, zanahoria, lechuga y atún. El aliño constará de una cucharada de aceite de oliva virgen extra. Para el postre, una pieza de fruta, como un kiwi, le sentará bien a tu cuerpo.
Como acabamos de comprobar, antes de cada comida hay que ingerir una taza en la que tres cuartas partes de la misma sea agua, y el resto zumo de limón. Lo mismo harás las jornadas restantes, además de ingerir los alimentos que te proponemos los días de la semana que nos faltan por describir.
Martes
El martes, para desayunar, podrás tomar un vaso de agua con avena, para almorzar un té rojo con dos rodajas de piña y, a la hora de comer, en vez de una taza con agua con limón, toma dos, además de un filete de rodaballo a la plancha y un plátano. Igualmente, en la merienda te recomendamos un puñado de nueces y, para cenar, unas verduras a la plancha con trozos de queso fresco 0% graso.
Miércoles
Para desayunar, el miércoles puedes tomar un yogur natural con avena; para almorzar, un puñado de nueces; y, a la hora de la comida, un muslo de pollo al horno con patatas. En la merienda, apuesta por dos kiwis y, en la cena, por un salteado de setas con verduras, junto a un lenguado a la plancha.

Jueves
El jueves, nada más levantarte, toma un yogur natural con avena. Para almorzar, te recomendamos una tostada integral con un chorrito de aceite de oliva virgen y una loncha de pavo. A la hora de comer, hazte una merluza a la plancha junto con un cuenco de tomates cherrys. Asimismo, en la merienda, apuesta por una barrita de cereales; y, para cenar, por una tortilla con dos claras de huevo y una ensalada de canónigos con cebolla, tomate, pepino y lonchas de pavo.
Viernes
Finalmente, el viernes, bebe un vaso de agua con avena para desayunar; almuerza tres rodajas de piña y come un trozo de pollo al horno con verduras. A la hora de la merienda, come un puñado de nueces y un plátano y, para cenar, opta por un revuelto de espinacas y champiñones.
Como podrás comprobar, no es una dieta fácil de seguir. Sin embargo, recuerda solo hacerla por un motivo justificado y no pasarte de los días recomendados. No pongas en riesgo tu salud por una imagen.