Correr para perder peso: consejos para hacerlo correctamente

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Son muchas las formas con las que se puede llegar a acabar con esos kilos de más de una manera saludable. Por ejemplo, hay quien apuesta por correr para perder peso. Sin embargo, es cierto que esto último hay que hacerlo de manera correcta, sin forzar el organismo y apostando, de manera simultánea, por una dieta saludable, entre otros casos. Subir a la báscula y ser testigo de que estamos perdiendo volumen o cantidad de grasa puede llegar a resultar una gran satisfacción.

Sin embargo, no puede hacerse de cualquier manera, pues existe la posibilidad de que nos hagamos daño sufriendo, por ejemplo, una lesión. De este modo, antes de comenzar con esta tarea de mejorar nuestra salud física e, incluso, mental, hay que informarse sobre los pasos que deben seguirse para llegar al objetivo marcado. No hay nada como sentirse satisfecho de los logros de uno mismo cuando se cruza una meta.

Correr para perder peso ¿Cómo empezar a crear la rutina?

Tal y como aseguran los profesionales, una buena forma de acabar con los kilos que nos sobran es apostar por deporte cardiovascular. De este modo, correr para perder peso es una opción muy adecuada. Sin embargo, hay que saber cómo hacerlo para cumplir con nuestros objetivos y evitar que nos hagamos daño durante el proceso. Son muchas las preguntas y las respuestas que hay que tener en cuenta. Cuidarse tanto por dentro como por fuera está bien, pero siempre de una forma correcta.

La posibilidad de perder peso corriendo

Perder peso corriendo es muy posible, pero, tal y como hemos explicado antes, hay que apostar por una alimentación adecuada. Asimismo, no puede hacerse una carrera cada muchas semanas, sino que habría que hacerlo, para alcanzar la meta que nos hayamos propuesto, al menos, tres veces por semana. Se trata de la alternativa perfecta porque, además de ser una actividad gratuita que puede desarrollarse en la vía pública, provoca que se pierdan muchas calorías en poco tiempo. Asimismo, la flexibilidad horaria es muy amplia, por lo que podrás organizarte de la forma que mejor te convenga independientemente de si estudias o trabajas.

correr para perder peso

Para correr no es necesario pagar una cuota mensual en un gimnasio. Tampoco es necesario contar con la ayuda de un entrenador personal o de analizar técnicas muy difíciles. Para correr solo hay que seguir con una serie de pasos para poder proteger la integridad física. Asimismo, es importante adquirir un material de calidad, como unas buenas zapatillas deportivas. Igualmente, la constancia y la motivación son importantes para poder notar cambios cuanto antes.

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Empezar a correr de la manera adecuada

Perder peso no es fácil. Sin embargo, es posible con fuerza de voluntad y un poco de tiempo. De este modo, antes de elegir correr para perder peso, debes concienciarte de que apostar por una dieta sana es lo principal. Así, es necesario no ingerir más calorías de las que se gastan. Por supuesto, a lo anterior hay que añadirle una rutina de ejercicio.

Si estás pensando en empezar a correr con el fin de perder peso, se trata de una gran opción. Sin embargo, tienes que analizar todos los errores que se cometen de manera frecuente dentro de esta actividad física. Es la única forma de hacer deporte correctamente, cuidando de nuestro cuerpo y de nuestra mente.

El sudor no es símbolo de perder más peso

Hay personas que piensan que necesitan sudar mucho para lograr perder más peso. Sin embargo, se trata de una idea errónea. De este modo, salir a correr cuando hace mucho calor o forzar el ejercicio para ver aparecer esas gotitas en la frente no son buenas ideas. Cuando sudas, lo que haces es perder líquido, de este modo, el cansancio es mayor. Es por ello que debes beber frecuentemente agua para llenarte de nuevo de energía. Las bebidas isotónicas, en un principio, es mejor dejarlas a un lado.

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Tiempo para descansar

Por muchas ganas que uno tenga de correr para perder peso, no es nada aconsejable salir todos los días. Ahora, quien lo haga, es mejor que apueste por una intensidad o un tiempo más cortos. Teniendo en cuenta que tu cuerpo no estará muy acostumbrado al ejercicio, hay que ir preparándolo poco a poco. Por supuesto, calentar antes de empezar la actividad y estirar al finalizarla es imprescindible. De no ser así, corres un gran riesgo de sufrir una lesión.

No corras muchos kilómetros

Cuando estás empezando a correr para perder peso, es necesario que no superes los 20 minutos seguidos. Lo mejor es ir aumentando un par de minutos cada día. Además, tienes que alternar la carrera con una caminata. En el caso de que sientas que tienes muchas energías para correr más, hazlo en varias series, pero nunca hagas varios kilómetros de golpe.

Controlar la intensidad

Al igual que no debes hacer varios kilómetros desde el primer momento, también tienes que controlar la intensidad. Así, el ritmo debe ser moderado o suave para poder entrenar tu cuerpo poco a poco. Al principio, uno debe sentirse más cómodo que cansado. Ahora, a partir de los dos meses practicando este deporte, puedes empezar a subir la intensidad de la actividad física que lleves a cabo.

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La comida es importante

Por supuesto, para que tu cuerpo resista la actividad física, debe contar con el combustible suficiente. De este modo, una dieta equilibrada formada por cinco comidas al día es esencial. La ingesta de grasas debe evitarse. Hay quien apuesta por la ayuda de un nutricionista, aunque hay trucos, como los que acabamos de describir, que pueden llevarse a cabo de forma particular.

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Cómo correr para perder peso

No se pierden calorías corriendo de cualquier forma. Esto significa que hay trucos que se deben conocer para perder peso de forma efectiva. De este modo, es necesario descubrir las zonas de entrenamiento. Estas dependen de las pulsaciones cardíacas. Las zonas de entrenamiento están relacionadas con los porcentajes de Frecuencia Cardíaca Máxima (FCM). Dependiendo de la zona en la que uno se encuentre, el organismo sentirá unos efectos u otros. Por ello, es importante conocerlas todas.

  • Zona cardiaca en reposo: se refiere al número de pulsaciones que lleva a cabo el corazón cuando el cuerpo no se encuentra haciendo ningún tipo de esfuerzo.
  • Zona de Seguridad Cardíaca (50-60% FCM): Es la zona que está relacionada con una actividad física suave, propia de los principiantes. Esta puede darse en el calentamiento o en el entrenamiento cuando se ha estado mucho tiempo sin practicar deporte.
  • Zona de Control del Peso o de Recuperación (60-70% FCM): Es la que tiene lugar cuando se apuesta por un ritmo de trote. Es estupenda para perder peso. En esta zona predomina la oxigenación de los músculos y la condición aeróbica.
  • Zona de Umbral Anaeróbico (80-90% FCM): Es en esta zona donde el organismo utiliza el glucógeno almacenado en los músculos como principal carburante y desarrolla la capacidad anaeróbica.
  • Zona de Peligro (90-100% FCM): Es el máximo esfuerzo que se puede permitir el cuerpo. Se lleva a cabo con una restricción de oxígeno máxima. Por supuesto, esta zona solo está recomendada para profesionales expertos. En caso de forzar demasiado, lo más probable es que nos hagamos daño y la recuperación sea lenta. Por ello, hay que saber actuar y tener paciencia a la hora de entrenar.

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