¿Qué hacer si mi hijo es víctima de acoso escolar?

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El acoso escolar es un problema candente que afecta a nuestra sociedad: según la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE), solo en 2019 se contabilizaron 5.557 casos. Esta cifra preocupa a profesores, a alumnos y sobre todo a padres, que en muchos casos se preguntan ¿qué hacer si mi hijo es víctima de acoso escolar? En este artículo te lo contamos.

Cómo saber si mi hijo es víctima de acoso escolar

Uno de los mayores problemas del acoso escolar es que muchos niños que lo padecen no se lo dicen a nadie. Un buen indicador es si el niño de repente se muestra reacio a ir a la escuela o no quiere unirse a los compañeros con los que antes solía jugar.

Los niños que son víctimas de acoso también pueden quejarse de dolores de cabeza y de estómago, especialmente por la mañana. Los más pequeños pueden volverse más dependientes de sus padres, mientras que los más mayores tienden a aislarse. Cualquiera de estos cambios en el comportamiento del niño podría ser una señal de advertencia.

cómo actuar si mi hijo es víctima de acoso escolar

¿Qué medidas puedo tomar si mi hijo es víctima de acoso escolar?

No llames a los padres del otro niño por tu cuenta: actúa con el colegio

Los niños tienden a decir sólo verdades parciales, y por este motivo cuando dos grupos de padres escuchan versiones diferentes de un mismo hecho, tienden a pensar que el suyo es la víctima de la situación.

Por otra parte, los rasgos de personalidad asociados con el acoso escolar a veces están influenciados por el entorno del hogar, y si los padres son igual de conflictivos que los hijos, probablemente no reconozcan el acoso, y buscarán desmentir la situación y proteger a su hijo en lugar de asumir que su no es tan bueno como pensaban -lo que implica la vergüenza de «admitir que son malos padres»-.

Informar al colegio

El primer paso en el protocolo de actuación contra el acoso escolar es informar al colegio. Tiene que hacerse por escrito y los datos deben ser profusos: descripción detallada y cronológica de todas las situaciones de abuso; datos personales de los acosadores y posibles testigos; pruebas de las agresiones (vídeos, mensajes de WhatsApp, comentarios en redes sociales) e informes médicos en caso de que el menor haya tenido que ser atendido.

Quédate con una copia de este escrito sellada por el centro en caso de necesitarla posteriormente para una denuncia o una demanda, y solicita también una cita con el tutor de tu hijo y el director del colegio para hablar de cómo abordar la situación.

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Pon el caso en conocimiento del Departamento de Educación de tu CC.AA.

Infórmalos de la situación de acoso con el mismo escrito y de las medidas que haya tomado (o no haya tomado) el colegio, para que puedan valorar si la actuación del centro ha sido adecuada y suficiente.

¿Y si el colegio no actúa o las medidas no son suficientes? Denuncia al agresor y demanda al centro

Si la escuela considera que el acoso no es tal o solo da un toque de atención sin consecuencias al agresor, puedes interponer una demanda judicial. Los centros educativos ostentan el deber de vigilancia y cuidado de todos sus alumnos y, si no cumplen, serán legalmente responsables de los daños y perjuicios que tu hijo haya sufrido por su inactividad y tendrán que indemnizarle.

Por otra parte, además de demandar al colegio, debes denunciar al menor agresor ante la Fiscalía de Menores, lo que podrás hacer interponiendo una denuncia en la Policía. Esto también puedes hacerlo desde el principio paralelamente a las conversaciones del colegio si el acoso es grave y manifiesto.

La denuncia deberás acompañarla del escrito que interpusiste ante el colegio y de todas las pruebas del acoso que puedas reunir: partes médicos de lesiones, informes psicológicos, fotografías, vídeos, testimonios de testigos, etc.

mi hijo es víctima de acoso en el colegio

Consejos para intentar prevenir el acoso

Tanto en el colegio como en la vida adulta, los acosadores no se meten con cualquiera: al igual que cualquier otro depredador de la naturaleza, saben elegir bien a su presa. Escogen al diferente, al tímido, al rezagado, al solitario que se aleja de la manada; y, amparándose en esta última, le atacan. Según arrojan los estudios en la materia, el hecho de tener un solo amigo leal reduce en un 50% el riesgo de consecuencias a largo plazo del acoso escolar.

Un buen amigo puede ser difícil de encontrar, especialmente si un niño ha tenido una pelea con un grupo de compañeros o se ha mudado a una nueva escuela. Los padres pueden animar a sus hijos a buscar nuevas relaciones sociales a través de actividades extracurriculares como deportes, teatro, clases de inglés o de música, etc.

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Defensa personal para niños: una buena opción

Por otra parte, destacar entre la multitud también es factor de riesgo. Ya sea por su físico, raza, religión, identidad de género, discapacidad u orientación sexual, se trata de niños que de alguna manera se perciben como diferentes y pueden necesitar entrenamiento adicional sobre cómo lidiar con el acoso escolar antes de que comience.

En el caso de que sospeches que tu hijo pueda ser víctima de acoso escolar, debes proporcionarle herramientas para que aprenda a mejorar la confianza en sí mismo, reforzar su autoestima y saber que no está solo y que siempre puede pedir ayuda. Apuntarlo a clases de defensa personal infantil, donde además de aprender a defenderse de una posible agresión física también le enseñarán a gestionar el miedo, herramientas de asertividad, defensa verbal y actitud corporal que consiguen que el alumno mejore su confianza, autoestima y competencia en la resolución de conflictos.

Vigilar a los acosadores y condenar siempre el acoso

Finalmente, para prevenir el acoso es más importante todavía trabajar con los niños agresores que con los agredidos. Si tu hijo se ha visto envuelto en peleas o se ha metido con otros niños, será necesario que padres y profesores estén atentos a su comportamiento para corregir su mala conducta, con el objetivo de que entiendan que ese tipo de actos no se van a tolerar, que la crueldad y la violencia nunca tienen justificación y que sus salvajadas tienen consecuencias. Llevar al niño al psicólogo para detectar posibles carencias emocionales, fomentar la empatía y mejorar sus habilidades sociales siempre es una buena opción.

Otro factor importante a la hora de acabar con esta lacra está en el grueso del alumnado, que no son ni los que acosan ni los agredidos. Es importante que trabajes la empatía con tus hijos, que les expliques lo que es el acoso y por qué está mal, y que les inculques la necesidad de no tolerar la violencia ni hacia ellos mismos, ni hacia otros: que si son testigos de un caso de acoso, lo pongan en conocimiento de los adultos y que no rían las gracias a los acosadores con el fin de sentirse integrados para que, poco a poco, cada vez haya menos casos.

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