Es doloroso pensar en que tu hijo cause daño a otros niños, pero el acoso escolar puede suponer también un problema serio para el agresor a largo plazo. Y si mi hijo es el agresor en un caso de acoso escolar ¿Qué hago? Esto se lo preguntan muchos padres cuando reciben llamadas preocupantes desde el colegio. Independientemente de los motivos que puedan llevar a tu adolescente a acosar e intimidar a otro niño, tienes que tomar medidas para asegurarte de que admite sus errores, se arrepiente y no vuelve a repetir su este comportamiento. A continuación te contamos los pasos que debes seguir si tu hijo es el agresor en un caso de acoso escolar.
Cómo actuar si mi hijo es el agresor en un caso de acoso escolar
Aborda la situación inmediatamente
En cuanto te enteres de que existe la más mínima posibilidad de que tu hijo haya acosado a otro niño, tienes que hablar con él para conocer su versión de los hechos de inmediato. De nada sirve negarlo ante profesores o el director, y especialmente en aquellos caso en los que el aviso es recurrente: tiempo habrá de determinar su grado de culpabilidad y evaluar posibles consecuencias, pero no cometas el error de pensar que tu hijo es «incapaz de algo así» porque, si al final resulta que lo es, le estarás haciendo un flaco favor.
Al hablar con tu hijo, le demuestras no sólo que eres consciente de la situación, sino también que el acoso es inaceptable y no vas a tolerarlo. Asegúrese de mantener la calma y no regañes directamente: pregunta por su versión de los hechos, sus motivos y la naturaleza de su relación con la víctima y lo que piensa de ella. Ponte seria para demostrar que esto no es ningún juego y que exiges que te cuente la verdad.
Considera obtener ayuda psicológica
Hablar de la situación con tu hijo puede ayudarte a comprender por qué se produce la agresión social y qué pasos hay que dar para detenerla. Al comprender desde su punto de vista lo que está sucediendo, puedes empezar a guiarlo a través de conductas apropiadas y puedes frenar la espiral de violencia.
Algunos niños podrían no ser capaces de articular por qué están actuando con violencia o crueldad, especialmente en el caso de los niños más pequeños o quienes se enfrentan a problemas de ansiedad, conducta o salud mental. Si tienes problemas para llegar al fondo de la cuestión ya que se niega rotundamente a hablar, considera la posibilidad de consultar a un psicólogo o psiquiatra infantil que tenga mucha experiencia en la evaluación del comportamiento de los niños.

Determina la causa del acoso
Para poder tomar las medidas correctas a la hora de corregir la conducta de tu hijo, tienes que averiguar cuál es el motivo por el que lo ha hecho. Para lograrlo, tienes que crear un clima de conversación abierto para que se sienta seguro y no juzgado al expresarse, y así llegar a la raíz de la causa. Cada caso exigirá medidas concretas.
Una vez identificados los motivos de sus malas acciones, podrás elegir cuál es la mejor estrategia a seguir. ¿Tiene problemas con el el manejo de la ira y el control de los impulsos? En muchos casos, la psicoterapia para reeducar la conducta puede servir para reconducir sus pensamientos y su comportamiento. ¿Está acosando a otro compañero para encajar o para llamar la atención? Podría ser un problema de autoestima. Ayuda a tu hijo a ver que vale mucho sin necesidad de pisar a los demás. Y si la intimidación está relacionada con los grupitos, enséñalo a desarrollar amistades sanas.
Recuerda a tu hijo que la violencia nunca está justificada, y que si elige usarla habrá consecuencias
Tu hijo debe entender que aunque existan causas que puedan explicar que se comporte así con otro niño, no importa lo graves que estas sean porque ninguna lo justifica. Jamás. Ese es el mensaje que debes transmitir: NUNCA hay razón suficiente para recurrir a la violencia y la intimidación. Por tanto, acosar a otro niño es una elección que él hace, y debe saber que esa elección tiene consecuencias y ser capaz de responsabilizarse de ellas. Debe entender que todo castigo o medida disciplinaria que se tome en su contra y que no le guste será bien merecida.
Edúcalo en la empatía
Asegúrate de que tu hijo se tome el tiempo necesario para entender realmente en cómo se sentiría si fuera él el que estuviera siendo acosado. Cuando los niños aprenden a ver las cosas desde una perspectiva diferente, es menos probable que vuelvan a intimidar a otros en el futuro. De hecho, aumentar la inteligencia emocional de tu hijo e inculcarle empatía contribuye en gran medida a prevenir el acoso escolar.
Ponerle en contacto con otras realidades (por ejemplo, visitar a niños enfermos en el hospital) puede abrirle mucho los ojos, y las películas, series y libros relacionados con el tema del acoso también son buenas herramientas para que aprendan a ponerse en el lugar del otro.

Establece castigos acordes a sus actos
Independientemente de tomar medidas generales (ir al psicólogo, castigarle sin salir, etc), cada situación de intimidación es diferente y como resultado, las consecuencias tienen que ser diferentes. Por ejemplo, si ha utilizado el móvil o el ordenador para acosar a un compañero, lo lógico sería castigarlo sin poder utilizar esos dispositivos; si el motivo ha sido que sus amigos humillan a otros niños por diversión, prohíbele juntarse con ellos; o, si lo ha hecho porque se cree superior a otros niños por tener moto, llevar ropa de marca o ser la estrella del equipo de balonmano del colegio, restríngele el acceso a tales cosas temporalmente.
¿Apoyar las medidas disciplinarias de la escuela si mi hijo es el agresor en un caso de acoso escolar? Siempre
Aunque apoyar las medidas disciplinarias que tome el colegio puede ser muy difícil para los padres (ya que en muchos casos puede llegar a suponer la expulsión temporal o definitiva del centro), es un paso extremadamente importante. Cuando se asocian con la escuela y apoyan el plan que están implementando, estás permitiendo que tu hijo aprenda una valiosa lección de vida: hay consecuencias por las malas decisiones que van más allá del poder de papá y mamá, y van a tener que enfrentarlas solos. La peor decisión que podrías tomar es permitirle tomar malas decisiones y librarle luego del castigo, porque así se acostumbran a salir siempre impunes sin importar lo mal que hagan las cosas.
Prevenir futuros incidentes
Generalmente cuando el acoso se detecta a tiempo y se aborda adecuadamente, no suele volver a ocurrir: un castigo ejemplar y tomar medidas para mejorar el comportamiento del agresor para que entienda que lo que hace está mal y aprenda a relacionarse de forma más sana, suele bastar. Pero, aun así, lo mejor es que supervises el comportamiento de tu hijo y continúe disciplinándolo si es necesario si ves que vuelve a actuar.