Sobre el hecho extraordinario y maravilloso de ser madre, muchos se han expresado. Lo han hecho aludiendo a lo hermoso e intenso que significa para la mujer tener un hijo. Sin embargo, muchas mujeres se han sentido engañadas al pasar por este proceso. Debido a ciertas restricciones sociales, ligadas a lo aceptado como bueno, se habla mayormente de lo maravilloso que es ser madre. Pero sigue siendo un completo tabú hablar de lo negativo o de los hechos poco agradables que debe sufrir una mujer al estar embarazada.
La experiencia demuestra que una mujer comienza a ser madre cuando coge a su bebé por primera vez y no cuando se da cuenta de que está embarazada a través del test de embarazo. A partir de este momento comienza toda una experiencia que, a decir verdad, no tiene por qué ser positiva ni agradable, y esa es la realidad sobre ser madre. Pero nadie te lo avisa ni lo leer en ningún sitio.
Sin embargo, la conclusión siempre es la misma: Al final, todo vale la pena y el nuevo ser nos llena de una inmensa alegría. Sentimiento que sólo puede ser experimentado por quien realmente trae al mundo un hijo. A continuación, te hablamos de ciertos aspectos de ser madre que afectan positiva y negativamente a la mujer. Sincerándonos, con el fin de lograr mostrar verdadera solidaridad a quien pasa por este difícil proceso.
Los malestares comunes de ser madre
Si hablamos sobre el hecho de ser madre, debemos decir en primer lugar, que ningún embarazo es igual a otro. Cada caso es sumamente particular y puede no tener punto de comparación. Sin embargo, a veces las expectativas pueden quedarse cortas con respecto a las dolencias o malestares que llegan a sentirse. El embarazo, como es común, suele desarrollarse con varios síntomas y malestares, estos son únicos e intensos en cada mujer.
Uno de los aspectos que hace verdaderamente difícil el embarazo es la constante preocupación, propias de ser madre: No saber si lo que se experimenta está bien, es decir, si no es grave para la salud del bebé. La mujer suele vivir en dudas y temores constantes que, muchas veces, no le permiten disfrutar del embarazo plenamente.

Ser madre, implica sentir al bebé crecer dentro y establecer esa conexión única. Sin embargo, tal desarrollo, hay que decirlo, está enmarcado dentro de síntomas que influyen negativamente en la mujer, como características y propias de una transformación orgánica. El proceso puede ser abrumador, tanto a nivel hormonal como físico y psicológico.
Las expectativas en el embarazo
Los malestares son distintos meses a mes, los tres primeros meses pueden ser sólo náuseas constantes y falta de apetito. Más tarde, el vientre se va agrandando y suelen aparecer nuevas e incómodas dolencias, las cuales dejan claro que ser madre no será fácil. Nuevos miedos aparecen y las expectativas se acrecientan.
Pese a todo lo que se va viviendo, los especialistas, familiares y amigos, insisten en que debe conservarse la calma: “Hay que mantener la tranquilidad porque todo es percibido por el bebé”. De esta forma, una de las maneras de mitigar tantas inquietudes es crearse expectativas positivas: Imaginarse cómo será el nuevo ser, los cuidados que le daremos y lo felices que nos hará, son buenas alternativas. Siempre la mejor actitud, ideas y pensamientos positivos sobre ser madre, ayudará a mitigar los miedos.
Los primeros días de ser madre
De estos difíciles días si hemos escuchado o leído mucho de los síntomas de ser madre, que se han matizado para no hacer llegar a las madres lo terrible que pueden ser realmente. Hay que aclarar que, al decir terrible, no se hace referencia a que ser madre en sí, sea algo horrible, sino al hecho de que se viven situaciones realmente abrumadoras que pueden llegar incluso a deprimir a la mujer: Los dolores que deben sobrellevarse, luego del parto o la cesárea y, la recuperación física, que siempre es dolorosa y puede ser más o menos intensa de una mujer a otra.
Dependiendo de las complicaciones, hay que tener presente que, en cualquier caso, ser madre duele. La mujer debe prepararse para lo que vivirá, conseguir los analgésicos pertinentes y mantener la mejor actitud de aguantar lo que sólo durará unos días o algunas semanas.
También hay que hablar de los dolores que puede experimentar la madre al amamantar: Los pezones se agrietan, se rompen, los pechos se sienten sensibles. La realidad es que, amamantar es otro punto difícil de ser madre, pero muy necesario y a la larga satisfactorio.
Sentimientos encontrados al ser madre
A la vez que te sientes contenta de cuidar a tú bebé, por otro lado, soportas el dolor. Por suerte, al cabo de un mes o incluso menos, el dolor pasa y amamantar se disfruta. Ser madre, entonces, va doliendo cada vez menos, físicamente hablando.
Otro asunto realmente difícil de ser madre, tiene que ver con el agotamiento constante. Al principio, sobre todo. El bebé necesita alimentarse muy seguido. La madre no duerme nada bien, en ocasiones el recién nacido demanda alimento cada 30 minutos. De esta manera, tanto de día como de noche, el agotamiento sucede. Todo esto hace que la madre se encuentre más susceptible de lo normal.
Hay que mantener la calma
Recuerda que es bastante abrumador al principio, pero todo va pasando, vas aprendiendo y te vas adaptando, y tanto tú como tú bebé vais avanzando. Ser madre traerá consigo muchas otras cosas que serán positivas en tú vida.
Tener a ese nuevo ser entre tus brazos da una alegría indescriptible. Mientras aprendes a conocer a tu hijo, sueles conocerte un poco más a ti misma. ¡La clave es no desesperar, por muy terrible que parezca, las cosas mejoran!
Los miedos se desvanecen
En relación a los primeros días difíciles, éstos van pasando y se van sobrellevando. A medida que el bebé va creciendo, te vas sintiendo más cómoda con ese nuevo rol que se da naturalmente. Al ser madre, la mujer va cambiando junto al bebé.
Cada paso que se da con el hijo está acompañado de dudas, hay que entender y aceptar que el ser madre, siempre implicará inquietudes y sobresaltos. Sin embargo, poco a poco, los miedos e inseguridades van desvaneciéndose.
El cómo lo haremos y cómo hacerlo bien, son aspectos que no pueden evitar pensarse al ser madre. Lo importante es llevar las cosas con calma y aprender en cada momento junto a tu hijo.
En definitiva, los miedos pasarán y el amor se acrecentará. Nunca serás perfecta, pero siempre harás lo mejor que puedas, así que nunca olvides que, ser madre es un trabajo arduo que merece la pena.