Las dos cosas que más quieren los padres para sus hijos es que tengan salud y que lleven un estilo de vida saludable. Contratar un seguro médico para niños, seguir los consejos de un nutricionista e incitarles a que practiquen algún deporte son algunas de las cosas que normalmente hacen los padres para que sus hijos crezcan sanos y felices. Pero ¿se puede hacer algo más? Nosotros traemos algunos consejos muy útiles para mejorar la salud de tus hijos y asegurarte de que crecerán sanos y fuertes.
Cómo mejorar la salud de tus hijos
Alimentación saludable
Una buena alimentación será la base imprescindible para cualquier niño tenga un buen desarrollo físico, psíquico y social. Para conseguirla no hay que abusar de las grasas vegetales y comer, como mínimo, cinco veces al día frutas y verduras.

Será muy importante romper con esos falsos mitos que aseguran que a los niños no les gusta la verdura. Para que les guste hay que transmitirles que no es algo aburrido o con mal sabor, sino todo lo contrario. Tampoco hay que asegurar que comer sano resulta aburrido o complicado. Y, por último, y muy importante, hay que evitar los excesos de azúcar y alimentos procesados.
Actividad física
Es muy importante que los niños realicen actividad física de forma habitual y que forme parte de su estilo de vida para disminuir el sedentarismo. Además, con un estilo de vida físicamente activo se pueden prevenir ciertas enfermedades que pueden convertirse en crónicas en la edad adulta, como la obesidad, la hipertensión, la diabetes, el cáncer o enfermedades cardiovasculares.
Y está más que demostrado que los hábitos saludables que se inician durante la infancia son más fáciles de mantener en la edad adulta.
Dormir las horas necesarias
Varios estudios han demostrado que los niños que no duermen las horas necesarias tienen un peor rendimiento escolar, un desarrollo del lenguaje más lento y pueden desarrollar hiperactividad.
¿Cuántas horas necesita dormir un niño según su edad?
- Hasta el año: un recién nacido necesita de 16 a 17 horas de sueño, 9 de las cuales deberían ser durante la noche. Con el paso de los meses, las horas van reduciéndose de forma gradual.
- De 1 a 3 años: el niño necesitará entre 10 y 13 horas. Es probable que durante esta etapa se abandone el hábito de hacer la siesta.
- Entre los 4 y 5 años: son necesarias de 10 a 12 horas de sueño por la noche. Aunque dormir después de la comida no es malo, ya no es necesario.
- De los 6 a los 13 años: se empieza con unas 11 o 12 horas de sueño, pero durante esta etapa las horas van acercándose de forma gradual a las de la edad adulta.
- De los 14 a los 17: aunque a veces se pueden necesitar 10 horas, con 7 u 8 ya es suficiente.

Limitar las horas de uso de aparatos electrónicos
Aunque los aparatos tecnológicos pueden ser útiles para algunas actividades y pueden aportar cosas muy positivas, es mejor que los niños se entretengan, comuniquen y realicen actividades artísticas y sociales sin este tipo de aparatos durante gran parte del tiempo.
Usar de forma abusiva los aparatos electrónicos puede provocar déficit en el desarrollo del cerebro, alteraciones del sueño, retraso en el desarrollo físico y mental, conductas agresivas, déficit de atención y adicción. Y una alta adicción puede llevar a una vida sedentaria, que es algo a evitar.
Promover la creatividad
La creatividad en los niños es muy importante y es clave para que puedan asimilar bien las situaciones que viven, sepan razonar y cuestionar, sean sensibles al entorno y logren obtener soluciones a los problemas que les puede presentar la vida. Incluso la creatividad puede hacer que los niños sean, en un futuro, unos buenos emprendedores.
Hay muchas maneras de potenciar y promover la creatividad infantil: juegos de construcción, juguetes musicales, actividades artísticas…

Dar responsabilidades
Es importante que los niños desarrollen la capacidad de adquirir responsabilidades. Esto se consigue dando ejemplo en casa o asignándoles tareas o actividades que deban cumplir en un tiempo determinado. Nunca hay que hacer las tareas de los niños porque se conseguiría el efecto contrario.
Cuando a los niños se les dan responsabilidades son más autónomos, tienen más confianza en sí mismos y consiguen una mayor capacidad para tomar decisiones.
Dar independencia
Para que los hijos tengan seguridad en sí mismos, autoestima y criterio propio hay que darles independencia. Esto no significa que puedan hacer lo que quieran cuando quieran, significa que hay que dejar que experimenten riesgos y que intenten solucionar sus problemas y busquen herramientas o habilidades para solucionarlos.
Sobreprotegerlos o solucionar todos sus problemas, aunque a priori pueda parecer bueno, hará que sean incapaces de superar obstáculos por sí solos.
Siguiendo estos sencillos consejos para mejorar la salud y de tus hijos, no solo conseguirás que tengan un buen estado físico, también conseguirás que crezcan sanos mental y socialmente.