Exámenes de selectividad, ¿recompensa copiarse?

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La gran parte de los alumnos que no estudian, ya sea por tener poco interés o por miedo a fracasar deciden inmiscuirse en la aventura de copiar en los exámenes de selectividad, sin llegar a tener conciencia del riesgo que tiene esta práctica.

Copiar en este tipo de pruebas donde se corre el peligro de no entrar en la universidad y no poder estudiar la carrera que se desea, es un deporte de alto riesgo. Sin embargo, muchos alumnos se arriesgan, llevados por la desesperación, a usar un sistema ilegal para aprobar los exámenes de selectividad. Expresado de otra forma, son capaces de destrozar todos sus sueños en el supuesto de que sean descubiertos en plena acción de copia. La falta de conciencia en el momento de copiar, es castigado fuertemente y se traduce en expulsión y suspenso inminente. En una sala llena de pupitres y con varios profesores alerta, copiar resulta complicado.  Pese a ello, es muy poco el porcentaje de alumnos que copia y no son descubiertos.

Los artilugios más novedosos para copiar en los exámenes de selectividad

Copiar en exámenes de selectividad

En la actualidad, los trucos más conocidos para copiar se relacionan con las nuevas tecnologías. Las chuletas tradicionales escritas en papel han dejado protagonismo a métodos más refinados. El smartphone se convierte en el recurso más usado para copiar en los exámenes de selectividad. Existen alumnos que se las averiguan para que algún compañero le envíe mensajes con las respuestas a las cuestiones de los exámenes. Otros deciden gastarse un gran capital en un pinganillo para que otro compañero le diga las respuestas en una llamada, o  un reloj con bastante memoria para almacenar los apuntes por temas y estén perfectos para copiar.

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Existe una larga lista de artificios variados para copiar. También se pueden construir bolígrafos-chuletas con una tapadera desplegable para ocultar el texto escrito, bolígrafos que incluyen cámaras para hacer una foto a la pregunta y enviarla al amigo colaborador, o bolígrafos comunicados con teléfonos móviles a través de Bluetooth. La imaginación se encuentra en el poder a la hora de crear este tipo de artículos para copiar en los exámenes de selectividad, es por ello que la vigilancia es cada vez más extrema, desarrollándose sistemas para restringir la comunicación de los alumnos con el exterior.

Copiar no ayuda, se trata de autoengañarse y aunque un alumno pueda superar un examen de este modo, nunca aprenderá y superará adecuadamente los logros exigidos para estudiar en la universidad.

¿Y tú? ¿Has copiado alguna vez en un examen?

Referencias

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