Cuando las vacunas contra el VPH no han funcionado y el virus está causando las primeras células pre-cancerígenas en el cuello del útero es momento de actuar rápidamente y es probable que tu ginecólogo te sugiera alguna de estas soluciones utilizadas como tratamientos para células precancerígenas de VPH o virus del papiloma humano.
Principales Tratamientos para células precancerígenas de VPH
La crioterapia
Con un alto porcentaje de éxito, se da solo en casos leves con lesiones mínimas y consiste en la congelación por sonda de las células pre-cancerígenas de la zona.
Dicho tratamiento se aplica en un tiempo extremadamente reducido, entre los 5 minutos para que así se puedan congelar por completo las células que se encuentran presentes en dicha zona y eliminarlas sin necesidad de cirugía, para favorecer el crecimiento de las células sanas.
Se trata de una intervención ambulatoria, en la cual se introduce una sonda en la zona vaginal, como si se tratase de una revisión, y se van congelando poco a poco todas las células anormales de la zona cervical para así acabar con el problema. La eficacia de dicha técnica se refleja en el 85-90% donde dichas células pre-cancerígenas no vuelven a aparecer en la zona.
Sin embargo, si el proceso de extirpación de la zona afectada no se realiza de forma correcta y las células no son eliminadas por completo, se puede optar por volver a pasar por el mismo procedimiento o probar otras técnicas que sean más invasivas y por tanto más efectivas.
Dicha técnica ocasiona en ciertos casos una leve molestia pélvica o sensación de frío, siendo la mayoría de las intervenciones indoloras y sin ninguna complicación durante o posterior a la misma.
Extracción electro-quirúrgica por asa
Requiriendo anestesia local, se trata de una operación ambulatoria con la que se quita la zona afectada con un asa caliente o bisturí, realizando un cono cervical.
Presenta una mayor eficiencia que la anterior, ya que al extirpar la zona con las células pre-cancerígenas, siempre se suele coger y quitar un poco más de tejido con el que se garantiza que la enfermedad no vuelva a aparecer.
Se trata de uno de los tratamientos más empleados para este tipo de casos, ya que todas las intervenciones que se han registrado hasta la fecha, cuentan con un 85% de efectividad por parte de la paciente, a la que se le han vuelto a realizar las pruebas pertinentes después de la extracción; y se ha podido observar que no se han vuelto a reproducir las malformaciones.

Conización en frío con bisturí
Se trata de la eliminación de la zona afectada por dichas células, y se lleva a cabo únicamente en caso de gran sospecha de células que hayan tornado a cancerígenas.
Dicha intervención se realiza en el hospital debido a la gran complicación de su realización. Se hace mediante anestesia vía intravenosa o local según se necesite por el caso y según la extensión de dichas células en la zona afectada.
A pesar de su complicación, es un procedimiento ambulatorio en el que no se requiere la hospitalización de la paciente, y en el cual se deberán llevar a cabo todos los procedimientos necesarios como si fuese una intervención quirúrgica normal, con el ayuno y la firma de la autorización pertinente para el caso.
La decisión de realizarla se toma, cuando tras realizar la biopsia de las células del cuello del útero, se determina que son cancerígenas en sus primeros estadios, y por tanto que se requiere de una extracción casi inmediata para evitar que aumenten de tamaño, se extiendan y sobre todo que deriven en otros estadios más avanzados de la enfermedad.
En un principio el someterse a dicho procedimiento no genera ningún riesgo para la paciente, pero en ocasiones se pueden observar:
- Un sangrado anormal.
- Insuficiencia cervicouterina, que provoque un parto prematuro.
- Infección vaginal o de orina con las molestias pertinentes del mismo.
- Cicatrización cervical excesiva que puede llevar a dolores excesivos durante la menstruación, partos prematuros, dificultad para el diagnóstico de citologías y sobre todo dificultad para el embarazo.
Todas ellas inofensivas en un principio, y poco frecuentes entre los casos registrados de dicho procedimiento, pero no imposibles de que ocurran.
Pasos del procedimiento
Después de realizar el procedimiento, se pasarán por diversas etapas según la semana en la que se encuentre después de la extracción, en las primeras etapas, comprendiendo el periodo de 2 a 3 semanas después de la conización, se podrán presentar un fluido:
- Sangriento.
- Abundante.
- Con un ligero tono amarillento.
Después de dichas primeras semanas se podrán observar diferentes síntomas entre las 4 y 6 semanas siguientes, en las que se pueden comprobar los síntomas de:
- Dolor.
- Calambres en la zona pélvica.
Para ello se deberán evitar ciertos hábitos que son:
- Las duchas vaginales de cualquier tipo.
- Mantener relaciones sexuales.
- Usar tampones para contener el sangrado.
Con todos ellos no implica que los síntomas sean permanentes, ya que estos desaparecerán al cabo de pocas semanas después de someterse a la conización.
Una vez transcurrido un tiempo prudente en el que se puedan realizar nuevas pruebas, se citará a la paciente para que se le pueda realizar de nuevo todas las evaluaciones con las que se determinó la existencias de las células en el cuello del útero; siendo esta la definitiva para poder catalogar el tipo de cáncer que padece y sabiendo en ese instante si se volverá a manifestar o no en la misma o en otras zonas.
Tras dicho examen se podrá tomar una decisión, en la que se considerará un plan de actuación. En todo caso con el médico de confianza, que será el encargado de aconsejar sobre otras técnicas alternativas que puedan ser más adecuadas dependiendo del caso específico a tratar.