Cada vez es más común que una persona apueste por la dieta vegana. En principio, se trata de una alimentación más sana que incluye frutas, verduras y legumbres, entre otros productos. La industria alimentaria se hace cada vez más eco de este estilo de vida y, por ello, se está normalizando el hecho de encontrar ultraprocesados veganos en cada supermercado. Sin embargo, este tipo de platos son tan perjudiciales o más que los que comen aquellos que no siguen la dieta vegana. Te lo contamos todo a lo largo de este artículo para que cuides de tu dieta y, sobre todo, de tu salud.
¿Qué es el veganismo?
Para los que aún no lo sepan, el veganismo es una forma de vida que lucha para erradicar la crueldad hacia los animales. De este modo, se opone a la explotación de estos últimos eliminando de su día a día cualquier producto o actividad que se haya creado o se lleve a cabo mediante el sufrimiento de estos seres. De este modo, los veganos no consumen carne ni pescado ni huevos ni miel ni lácteos. Tampoco utilizan productos que hayan sido testados en animales ni asisten a aquellos lugares ni participan en celebraciones en los que estos sean maltratados, como zoológicos, corridas de toros, encierros o acuarios.
Hasta ahora ha quedado demostrado que una dieta vegana puede ser seguida por cualquier persona y en cualquier etapa de su vida. Ahora bien, esta debe ser equilibrada, por lo que es importante tener en cuenta de forma diaria qué necesita el cuerpo y qué productos se consumen.
Ultraprocesados veganos
A pesar de todo lo dicho anteriormente, una dieta vegana no es sinónimo de dieta saludable. Así, cada vez es más sencillo alejarse de los alimentos sanos para acercarse a los ultraprocesados veganos. ¿El motivo? Las personas tienen un ritmo de vida que en muchas ocasiones no permite pararse a cocinar. Asimismo, no es difícil caer en la tentación del sabor de este tipo de platos. A través de ellos, en pocos minutos cuentan con una comida deliciosa que además les recuerda aquellos sabores que dejaron atrás cuando comenzaron este estilo de vida. Pero, obviamente, todas estas ventajas tienen sus consecuencias: poner la salud en juego.

Los ultraprocesados veganos no dejan de ser preparaciones industriales comestibles que son creadas a partir de productos cuyo consumo perjudica al organismo. Esto se debe a que poseen aceites y harinas refinadas, azúcares, sal y aditivos que multiplican la sensación de bienestar al ingerirlos y la adicción a los mismos.
Claves para una dieta vegana equilibrada
Como hemos explicado antes, no es nada recomendable optar por una dieta vegana si no conocemos cómo conseguir que esta sea equilibrada. Es obvio que vamos a dejar de lado muchos productos que aportan nutrientes muy importantes para el cuerpo. Aún así, pueden ser sustituidos por otros en los que no hay ni rastro de maltrato animal, pero hay que conocer bien las combinaciones para mantenerse sano y fuerte.
Es más, muchos expertos recomiendan introducirse en el mundo del veganismo poco a poco para ir adaptando el cuerpo a los cambios. Así, por ejemplo, un consejo es eliminar la carne un día a la semana. En total, se aconseja un mes de transición para adaptar de la mejor forma posible a la microbiota intestinal: no solo se debe eliminar, sino que lo más importante, y por supuesto lo más difícil, es saber sustituir.
De todos modos, aunque muchos aún no lo sepan, el mundo vegetal tiene muchísimo que ofrecer al ser humano. Las verduras, las frutas y las hortalizas son indispensables en cualquier alimentación saludable, por lo tanto, solo tenemos que aumentar las raciones para tener la mitad del camino hecho. Nuestra prioridad, sin duda, debe ser alimentarnos de productos reales, dejando a un lado incluso aquellos platos elaborados a partir de soja o maíz no biológicos.
El veganismo y el déficit nutricional
Cuando pasamos de una dieta omnívora a una vegana, es normal que, si no tenemos en cuenta todas nuestras necesidades, empecemos a notar ciertos déficits que nos pueden hacer sentir débiles. Sin embargo, esto tiene fácil remedio. Tan solo debemos dejarnos asesorar para aprender a elaborar un menú completo sin que ningún animal sufra.
En primer lugar, es recomendable tomar suplementos de vitamina B12. Aún así, cada persona es un mundo y no puede seguir al 100% la dieta de la persona que tiene al lado. Por ello, siempre es recomendable hablar con un médico, contarle nuestra decisión y que tenga en cuenta nuestras circunstancias en el momento de hacernos análisis de sangre, por ejemplo.
Proteínas y calcio
Respecto a las proteínas animales, pueden ser sustituidas por fuentes vegetales como la quinoa, los frutos secos, las algas, las semillas y el trigo, entre otras. Es más, si mezclamos estos productos con alimentos que posean alta cantidad de vitamina C, conseguiremos una mayor absorción del hierro. Asimismo, también conseguiremos reducir los fitatos, esos antinutrientes que están entre los alimentos vegetales y que impiden la absorción de los nutrientes necesarios. Un truco para conseguir lo anterior sería añadir a los platos un chorrito de limón, alfalfa, perejil, remolacha y/o pimiento.
En relación con el calcio, es sencillo encontrarlo en productos como la leche de almendras o los yogures de soja.