Las relaciones monógamas ya no son la única opción. De hecho, las estadísticas señalan que la monogamia estricta es minoritaria y que muchas personas no creen que haya una única persona en el mundo para ellos o que solo puedan querer a una, que es lo que siempre se ha intentado vender en películas, series y en la sociedad. Nace entonces el poliamor o enamoramiento múltiple.
¿Qué es el poliamor?
El poliamor consiste en amar a varias personas a la vez de forma consensuada, consciente y ética. Esto significa, y eso es lo que quieren transmitir las personas que defienden el poliamor, que se intenta buscar una relación en la que el amor no esté restringido para que esa persona querida y amada sea feliz y se sienta libre de ampliar su vida amorosa y sentimental. La única condición es que todas las personas lo acepten y quieran lo mismo.
No hay que confundir poliamor con poligamia, con el swinging (intercambio de parejas) o con las parejas abiertas. Por un lado, en la poligamia a un hombre se le permite casarse con varias mujeres o a una mujer con varios hombres. En el poliamor, en cambio, ambos miembros de la pareja pueden tener varios amantes. Es decir, no se limita a uno de los géneros ni a una sola persona dentro de la relación. Tampoco se habla de matrimonio.
Por otro lado, en el swinging o en las parejas abiertas existe una pareja principal que tiene una relación sentimental estable en la que ambos miembros permiten que el otro tenga relaciones sexuales con otras personas. Es decir, las relaciones que se establezcan fuera de la relación serán puramente sexuales y no habrá nada sentimental. Pero en el poliamor no tiene que haber una pareja principal porque se permite amar por igual a otras personas. Por consiguiente, no habrá solo sexo, también habrá una relación emocional.

¿Cómo es una relación poliamorosa?
No hay una estructura típica en las relaciones poliamorosas, así que no existen dos relaciones de este tipo idénticas. Una persona puede tener dos amantes que no estén con nadie más o dos amantes que, a su vez, estén con otras personas. También puede ser que tres personas formen un trío en el que todos son amantes de todos. Se han dado casos de personas que viven con uno o varios de sus amantes en la misma casa, compartiendo o no habitación con ellos. También es importante destacar que una poliamorosa puede ser homosexual, bisexual o heterosexual. Con esto queremos decir que la estructura es indiferente pero sí que es muy importante que todos los integrantes estén de acuerdo y haya sinceridad y respeto.
Normas en el poliamor
Como no hay dos relaciones poliamorosas idénticas, no hay unas normas claras y precisas. Sin embargo, las personas que defienden este tipo de relación remarcan que es muy importante que haya sinceridad, comunicación y respeto entre todos los integrantes. Por lo que todos tienen que estar de acuerdo, aceptarlo y disfrutarlo. Posteriormente, se irán estableciendo una serie de reglas para que la relación evolucione a favor de todos.
Lo que sí está claro es que en el poliamor no hay lugar para celos o sentimientos de traición. En una relación monógama, si la pareja tiene una relación sexual o emocional con un tercero se considera traición. Pero este problema no existe en las relaciones poliamorosas a no ser que los integrantes, que tendrán que ser como mínimo tres, hayan acordado tener una relación cerrada o de polifidelidad entre ellos.

¿Qué opiniones genera?
En la sociedad actual la monogamia suele ser, por lo general, la única opción viable y aceptable. De hecho, para muchos es la opción más ética, sobre todo si hay niños de por medio. Y aunque este movimiento no es nuevo, de hecho nació en Estados Unidos durante los años 60 aunque no fue hasta los 90 que se le dio nombre, es ahora que se habla más de él.
El poliamor aún se esconde, es una opción minoritaria y hasta poco conocida. Esto provoca que las personas poliamorosas se sientan aisladas e incomprendidas, incluso hasta rechazadas. También es muy común que la persona se sienta culpable por no querer lo que la sociedad considera “normal” y decepcionar a familiares o amigos que consideran extraña una relación así.
Muy recientemente se han iniciado investigaciones científicas sobre el poliamor y las relaciones no convencionales. Estos estudios pretenden descubrir si este tipo de relaciones son más o menos estables, si pueden ser problemáticas o no, lo que conllevaría crecer en una familia no convencional y si a un niño le afectaría de alguna manera, entre otras cuestiones.
Lo que está claro es que a las relaciones poliamorosas aún les queda mucho camino por recorrer porque, ahora mismo, se encuentra en una fase comparable a la del movimiento homosexual de hace varias décadas.