Cuando tenemos un bebé, cualquier detalle nos puede preocupar en el momento en que se pone en juego su bienestar. Por ejemplo, si tiene frío o calor, si duerme bien o si su alimentación es la de mayor calidad. Cada niño es un mundo y, por ello, sus necesidades variarán teniendo en cuenta sus gustos y sus características físicas, al igual que pasa con los adultos. En este artículo queremos facilitarte que elijas los productos perfectos para que el más pequeño de la casa se alimente como es debido. De este modo, vamos a describirte los diferentes tipos de leches infantiles que puedes encontrarte en el mercado.
Tipos de leches infantiles
El mercado ha evolucionado mucho en las últimas décadas. Antes, cuando queríamos comprar un producto de alimentación para un niño, lo más común es que apenas hubiera donde elegir. En la actualidad, las empresas se informan de manera constante para crear aquellas leches infantiles que pueden ser perfectas para cada uno de los niños que deben alimentarse a través de ellas. Es posible que en un primer momento no sepas cuál es la mejor alternativa, pero a medida que el bebé te vaya dando pistas y consultes con su pediatra las distintas posibilidades, la elección será prácticamente instantánea. En este apartado vamos a explicarte todo lo que necesitas saber.
Leche de vaca
Cuando vayas a comprar leches infantiles, una de las opciones que te encontrarás será la de leche de vaca. Se trata del componente más habitual en este tipo de productos. La razón es que contiene grasas, proteínas y carbohidratos que el niño necesita para poder desarrollarse de la manera adecuada. Es más, los profesionales apuestan por elegir aquellas marcas que presuman de una buena dosis de hierro. Si se cumple con esto último, tendremos la oportunidad de prevenir una anemia.

Leche hidrolizada
Es posible que el niño sufra intolerancia a la lactosa y, por ello, sufra de cólicos de manera constante. Para prevenirlo, los pediatras recomiendan apostar por la leche hidrolizada. Se trata de una fórmula en la que las proteínas se descomponen en pequeñas partes. De esta manera, el bebé puede asimilarlas mejor. Por otro lado, también es aconsejable apostar por esta variedad en caso de que haya lesiones en la piel del recién nacido o sufra alergias.
Leche de soya
Si el bebé tiene intolerancia a la lactosa, la leche de soya es una gran opción. También es perfecta para los casos de Galactosemia. Se trata de un trastorno muy poco común, el cual provoca que las personas que lo sufren no pueden transformar el azúcar en energía.
Leche sin lactosa
Al igual que la leche de soya, la leche sin lactosa es perfecta para todos aquellos bebés que muestren intolerancia a esta sustancia. Ahora, lo más recomendable es utilizarla en los casos en los que el malestar estomacal es temporal. Lo que tiene de especial este producto es que sustituye el azúcar por otro endulzante natural. Entre ellos se encuentra la miel de maíz.
Fórmulas para recién nacidos con condiciones especiales
Como hemos dicho antes, no todos los niños son iguales. Por ello, también se pueden adquirir en el mercado leches infantiles elaboradas a partir de fórmulas especiales. Entre ellas se encuentra la leche para bebés prematuros. Esta es rica en triglicéridos de cadena mediana (MCT). Además, posee más proteínas y calorías con el fin de que el sistema digestivo del bebé madure.
Por otro lado, con la fórmula hipoalergénica se conseguirán evitar sarpullidos o alergias que pueda sufrir el niño. Igualmente, existe aquella que hace frente al reflujo gracias a estar preparada a partir del almidón de arroz espeso. Además, también se venden leches infantiles perfectas para aquellos niños que sufren cólicos de manera constante, reduciendo la formación de gases.