Posiciones de lactancia: las mejores posturas para amamantar o dar el pecho

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Teniendo en cuenta el tiempo que una madre puede pasar los primeros meses de vida de su bebé amamantándolo, lo mejor es que encuentre cuanto antes el modo más cómodo de hacerlo. Lo más importante es que la opción que se escoja no duela ni tenga ningún tipo de consecuencia negativa para la madre ni para el niño. Para evitar cualquier tipo de problema, en este artículo describiremos las mejores posturas para amamantar. Cada mujer podrá escoger la que mejor le convenga, que dependerá, en cada momento, de las circunstancias que le rodean.

No existe peligro de ahogamiento

Ante los miedos que tienen muchas madres de si su bebé corre o no peligro de ahogarse, debemos asegurarles que no, no existe peligro de ahogamiento. Esto se debe a que los bebés nacen con un fuerte instinto de supervivencia, y se apartan con decisión de cualquier cosa que les obstruya las vías aéreas. De hecho, cuando un bebé está resfriado y la mucosidad retenida en la nariz le impide respirar por ésta, se aparta del pecho echando la cabeza hacia atrás por no poder mamar y respirar por la boca al mismo tiempo.

No es necesario pinzar el pecho con los dedos ni apartar la nariz del bebé. La característica nariz chata de los pequeños les permite respirar por los orificios nasales aunque tengan el rostro literalmente pegado al pecho materno.

El agarre espontáneo

Al igual que todas las demás crías de mamíferos, nuestro bebé es capaz de alcanzar el pecho y mamar por sí mismo correctamente si se lo permitimos. Todo fluye mejor cuando no se siguen técnicas y dejamos que todo surja de modo espontáneo.

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¿Cuánto tarda un bebé en amamantar?

Lo más importante es permitir que tu bebé cabecee, busque y escoja un pecho y golpee repetidamente con la barbilla hasta prenderse solo. Puede tardar entre 10 y 60 minutos si acaba de nacer, menos de 10 minutos si ya lleva tiempo mamando. En ocasiones, el tamaño y forma del pecho pueden dificultar el proceso. Si este es tu caso puedes ofrecerle el pecho sujetándolo entre los dedos pulgar e índice.

La postura más común

La postura ventral, a la que también se la ha denominado de crianza biológica, en contacto directo cuerpo a cuerpo, es la que adoptan instintivamente todas las crías de primates para mamar. Se ha comprobado que los bebés humanos pueden mamar con eficacia y sin dañar a su madre en esta posición aunque tengan alguna limitación mecánica de la succión.

Mejores posturas para amamantar

Son varias las posiciones que las madres pueden utilizar para alimentar a sus hijos a través de su pecho. A continuación, enumeramos las mejores posturas para amamantar.

Posición sentada

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Se coloca al bebé con el tronco enfrentado y pegado a la madre. La madre lo sujeta con la mano en su espalda, apoyando la cabeza en el antebrazo, pero no muy cerca del codo para que el cuello no se flexione, lo que dificultaría el agarre. Con la otra mano dirige el pecho hacia la boca del bebé y en el momento en que éste la abre, lo acerca con suavidad al pecho.

Posición acostada

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La madre se sitúa acostada de lado, con el bebé también de lado, con su cuerpo enfrentado y pegado al cuerpo de ella. Cuando el bebé abra la boca, la madre puede acercarlo al pecho empujándole por la espalda, con suavidad, para facilitar el agarre. Es una posición muy cómoda para las tomas nocturnas y los primeros días de lactancia.

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Posición crianza biológica

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La madre se coloca recostada boca arriba y el bebé boca abajo, en contacto piel con piel con el cuerpo de la madre. Esta postura permite al bebé desarrollar los reflejos de gateo y búsqueda. La madre le ayuda a llegar al pecho ofreciendo límites con sus brazos. Esta posición es especialmente adecuada durante los primeros días y cuando exista algún problema de agarre, como dolor, grietas o rechazo del pecho, entre otros.

Posición de caballito

amamantar en posición de caballito

El bebé se sitúa sentado sobre una de las piernas de la madre, con el abdomen pegado y apoyado sobre el materno. Esta postura es útil en casos de grietas, reflujo gastroesofágico importante, labio leporino o fisura palatina, prematuros, mandíbula pequeña (retromicrognatia) o problemas de hipotonía. En estos casos puede ser necesario sujetar el pecho por debajo, a la vez que se sujeta la barbilla del bebé.

Factores que complican amamantar al bebé

Algunos factores físicos, tanto por parte del bebé (frenillo lingual corto o retrognatia, por ejemplo) como de la madre (tamaño y orientación del pecho o el pezón, entre otros) pueden dificultar un correcto agarre del bebé al pecho. En algunos casos habrá que intervenir externamente (cortar el frenillo corto), en otros es posible que el problema solo se dé en según qué posiciones. Si éste es el caso será cuestión de identificar qué posición es la más adecuada a ese binomio madre/hijo.

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