Para muchas mujeres, la maternidad es la época de oro. Soñar con traer un bebé al mundo para amarlo y cuidarlo es el sueño de muchas. Sobre todo, para aquellas que ya están en la dulce espera y ansían conocer al ser que llevan dentro. En este sentido, son innumerables las cosas que hay que saber, tal es el caso del masaje infantil. Desde el momento del embarazo hasta que el bebé crece, la madre debe conocer todo acerca del bienestar de su hijo.
En un principio, durante los primeros meses de edad del bebé, pueden presentarse diversos factores que preocupan y angustian a toda madre. Como los cólicos o las irritaciones de la piel. Por ello, hoy queremos hablarte sobre una nueva tendencia de maternidad: El masaje infantil.
Si aún no lo conoces, no debes preocuparte. Esta es una de las mejores alternativas para el cuidado y comodidad del pequeño. Lo ideal es que sepas cada vez un poco más sobre el masaje infantil. Puede que, posteriormente sea de gran ventaja para ti…
¿Qué es el masaje infantil?
El masaje infantil, consiste en las caricias que los padres dan al bebé, con un fin terapéutico. Esta técnica se originó en la India, como parte de los mimos cotidianos de la madre a su pequeño. Sin embargo, luego de una serie de estudios. Se descubrió que esta práctica tiene buenos efectos en el desarrollo físico y emocional del bebé. Es una práctica que se fundamente en el fuerte vínculo que, existe desde el embarazo, con la madre y el hijo. El cual, luego del parto, se fortalece gracias a estas demostraciones de afecto.
Puede que a simple vista, el masaje infantil sea irrelevante. Tratándose de un acto tan común entre una madre y el recién nacido. Sin embargo, es necesario conocer cuáles pueden ser sus beneficios y cómo hacerlo. Sobre todo, si estás en la dulce espera y quieres estar al tanto de todo. Es una excelente opción para que tu pequeño esté cómodo y ambos puedan estrechar los lazos que los une.
Una hermosa forma de comunicarse con el bebé
Es importante señalar que, el masaje infantil, fue introducido en la cultura occidental en la década de los 70. Y, desde aquel momento, ha sido acogido por muchas madres que quieren incentivar la comunicación. Al igual que el respeto y el amor en la relación con el recién nacido. Así, desde sus inicios occidentales en Suiza. Se ha extendido por todo el planeta. Gracias a sus múltiples beneficios.
Y es que, a través del masaje infantil el bebé logra tener una mayor interacción. Tanto con sus padres como con el entorno. Así pues, se lleva a cabo la socialización temprana con mayor confianza. Pues resulta ser un excelente estímulo. Teniendo en cuenta que, para el bebé el tacto es la vía de comunicación con sus padres. De allí, su importancia en las edades tempranas.
¿Cuáles son los beneficios?
Mediante el masaje infantil, el bebé puede adquirir confianza y seguridad. Ya que, con las caricias de su madre o padre, se concilia un lazo íntimo y tierno. Al mismo tiempo, proporciona siestas más profundas y tranquilas. Mientras, se estimulan sus capacidades cognitivas y motoras. Pues favorece el reconocimiento de las partes de su cuerpo.
Además, el masaje infantil, produce la liberación de endorfinas, así que el bebé se sentirá en calma. Se trata de un acto placentero que, a su vez, podrá regular los terribles cólicos del lactante. Mientras tanto, los padres podrán adaptarse a la forma de comunicación de su hijo. Lo que favorece el entendimiento del llanto.
¿En qué partes del cuerpo del bebé se deben realizar los masajes?
Lo ideal es que tanto el padre como la madre, practiquen el masaje infantil. Puesto que, es muy importante establecer tal vínculo entre los tres integrantes de la familia. Así pues, el masaje puede realizarse desde las piernas, brazos, pecho, abdomen, cara, cabeza y, para finalizar, espalda. De hacerlo, verás cómo tu hijo disfrutará tus caricias mientras se integra al ámbito familiar. De hecho, hay diversas técnicas que se aplican, a través del mismo. Como en el caso del masaje hindú y sueco, así como otros métodos de relajación.
Es importante destacar que, el masaje infantil, también, está indicado en niños con necesidades especiales. Y, desde los últimos meses de gestación, cuando se están desarrollando los sentidos del pequeño. En el útero, está cubierto y recibe constantes estímulos a nivel cutáneo. Lo que se podría traducir en masajes tempranos. Por ello, después del parto, es necesario continuar con esta práctica. Con el objetivo de que el bebé se abra a este nuevo mundo sin miedos. Y qué mejor que las caricias de su madre o padre para darle la seguridad y confianza que necesita.
¿Qué rutinas existen para el masaje infantil?
Si quieres aprender a hacer el masaje infantil, es importante que busques un profesional en el área. Para lo cual, hay instituciones dedicadas a las capacitaciones de madres y padres que deseen tener este vínculo con sus pequeños. No es de tomarse esta práctica a la ligera, tratándose de un recién nacido, por ello, es necesario contar con la asesoría adecuada. Las rutinas de masajes más comunes, son a partir del efecto que esta tendrá sobre el bebé.
Primero, tenemos el masaje infantil para el sistema digestivo, tratando el estreñimiento y los cólicos del lactante. Así mismo, están las rutinas para liberar tensión y relajar al pequeño, que se enfocan en los miembros y espalda. Algo parecido a los masajes en adultos, claro está, con la delicadeza del caso. Recuerda que, la piel del bebé es muy sensible. Por lo tanto, cuando se inicia el masaje, podrás observar cuáles son las reacciones del pequeño. De acuerdo a sus gustos, podrás concentrarte en una zona específica.
Igualmente, están las rutinas de masaje infantil para controlar las emociones y estados de ánimo del recién nacido. Quizá en los momentos de llanto incesante del cuál no conoces la causa, estos masajes pueden ser de gran ayuda. Siempre y cuando, los hagas correctamente, dándole una sensación de bienestar y calma. Y, por último, tenemos los masajes para tratar desviaciones o características específicas del bebé. Tratándose de casos que necesiten atención especial, debido a algún retraso en el desarrollo. Siempre de la mano del médico especialista.