En sus primeros dos meses, el bebé puede reconocer rostros y voces familiares, especialmente aquellos que ve todos los días. Los recién nacidos pueden reconocer la voz de sus madres al nacer, y los bebés amamantados, el olor de su madre después de una semana. Este tipo de reconocimiento es la primera indicación de memoria de los niños y bebés, aunque es muy diferente a la de recordar los detalles de episodios específicos.
Los recuerdos en la memoria de los niños y bebés
La memoria de reconocimiento del bebé, la capacidad de identificar personas y objetos que ha visto antes , aumentará dramáticamente durante su primer año. Los experimentos han demostrado que a los 3 meses, los bebés pueden recordar nuevas imágenes o juguetes que se les muestran de uno a seis días antes.
Para cuando tenga 9 meses, un bebé podrá recordar información más específica, como dónde están sus juguetes en su casa. También podrá imitar las acciones que ha hecho una semana antes. Estas habilidades indican que los bebés de esta edad tienen memoria de recuerdo: la capacidad de recordar algunos detalles de una experiencia específica durante un corto período de tiempo, aunque todavía no recuerdan la mayoría de sus experiencias.
No se desarrolla un recuerdo consciente y prolongado de eventos específicos hasta que el bebé tiene entre 14 y 18 meses de edad. Las nuevas investigaciones al respecto concluyen que los bebés y los niños tienen recuerdos, pero que, con frecuencia, estos se desvanecen con el tiempo.
La mayoría de los adultos recuerda poco antes de su tercer o cuarto cumpleaños, y se piensa que antes de esta edad los niños no tienen las habilidades cognitivas o de lenguaje para procesar y almacenar eventos como recuerdos.
Los primeros recuerdos de los bebés
Los primeros recuerdos de los niños pequeños tienden a cambiar con el tiempo, siendo reemplazados por recuerdos más «tempranos» hasta alrededor de los 10 años. Cuando esto sucede, los recuerdos que ocurren en los años preescolares tienden a perderse. A medida que los niños pequeños crecen, sus primeros recuerdos tienden a aparecer cada vez más tarde, pero alrededor de los 10 años sus recuerdos se cristalizan.
La memoria de los niños y bebés alberga recuerdos de su infancia pero los pierden más tarde. Una niña de seis años, por ejemplo, puede recordar eventos anteriores a su primer cumpleaños, pero en la adolescencia, probablemente haya olvidado esa celebración. En otras palabras, es probable que los niños pequeños tengan recuerdos a largo plazo, pero estos recuerdos suelen desaparecer después de cierta edad o etapa de desarrollo cerebral. Los recuerdos que se producen en la infancia posterior y los de más adelante se retienen porque el cerebro joven, especialmente la zona del hipocampo y las regiones frontoparietales, experimenta importantes cambios en el desarrollo que mejoran nuestra capacidad para unir, almacenar y recordar eventos.
Es más seguro que los recuerdos de la memoria de los niños y bebés sobrevivan hasta la edad de 7 años, pero cualquier cosa realmente significativa o experimentada continuamente (vacaciones especiales, visitas mensuales a la abuela) puede permanecer en ellos mucho más tiempo.
Sin embargo, hay buenas noticias para esa madre o padre que se preocupe de que su niño pequeño no recuerde sus primeros años juntos. Un recuerdo es esencialmente una unidad de experiencia, y cada experiencia da forma al cerebro de manera significativa. Los recuerdos específicos pueden ser olvidados, pero debido a que esos recuerdos forman el tejido de nuestras identidades, conocimientos y experiencias, nunca desaparecen total o completamente.