Eso de que mujeres y hombres somos diferentes es, o al menos parece, una verdad como un templo. Lo hemos escuchado tantas veces y de tantas voces que, simplemente, lo damos como cierto.
Mujeres y hombres somos fisiológicamente diferentes, eso es un hecho. Pero estas diferencias físicas, ¿de verdad podemos trasladarlas a nuestros comportamientos de forma generalizada? Ante las mismas circunstancias ¿de verdad podemos afirmar que mujeres y hombres actuarían siempre diferente? ¿tanto nos condiciona el sexo?
Estudios en prestigiosas universidades de todo el globo contradicen esa verdad universal. En ellos se aprecia que mucho más que el sexo con el que nacemos, lo que condiciona realmente nuestro comportamiento es la educación y la sociedad.
Mujeres y hombres, desmontando los tópicos mas populares
Hay una serie de comportamientos y aspectos que están socialmente asociados a los hombres o a las mujeres. Éstos se encargan de señalar comportamientos distintos entre mujeres y hombres, incidiendo en las diferencias entre ambos sexos. En muchos casos, estos comportamientos no son más que tópicos. Una generalización basada en los parámetros de una sociedad que ya no refleja la sociedad en la que estamos viviendo.
Uno de tópicos más clásicos es aquel que señala que la mujer tienen una tolerancia mayor al dolor.
Esto también concuerda con eso de los hombres son unos quejicas. Estamos hartos de escuchar que si los hombres tuvieran que parir, la especie se habría extinguido hace miles de años.
Se ha podido demostrar que las diferencias físicas tienen incidencia en la efectividad de los analgésicos o la capacidad de recuperación tras la anestesia, pero nadie ha sido capaz de aportar pruebas científicas que apoyen una mayor tolerancia al dolor por parte de las mujeres.
Los estudios realizados por las Unidades especializadas en dolor en hospitales de todo el mundo tienen conclusiones similares. La principal es que la tolerancia al dolor viene determinada por la resiliencia.
La resiliencia no es otra cosa que la capacidad para sobreponerse ante situaciones adversas. Así, estudios a lo largo y ancho del planeta demuestran que es esta característica la que ayuda a tolerar el dolor. Todos los estudios señalan una tolerancia al dolor muy similar entre mujeres y hombres, del mismo modo que demuestran que aquellas personas con mayor capacidad para afrontar situaciones adversas, sean mujeres o hombres, tienen una tolerancia mas alta al dolor.
Los hombres están mas dotados para las matemáticas que las mujeres
Otro de los tópicos más extendidos es aquel que afirma que los hombres están mas dotados para las matemáticas. Pues bien, este es otro tópico que nadie ha podido probar.
Todos los estudios realizados en esta materia han terminado con la misma conclusión. En aquellas sociedades donde el nivel de igualdad entre hombres y mujeres está más equilibrado, la media de chicos y chicas buenos en matemáticas es similar. Solo se ha podido encontrar diferencias importantes en cuanto al numero de niños y niñas buenos con los números en aquellas sociedades donde la mujer ocupa un segundo plano.
Todos los estudios han concluido que se trata de un problema educacional. Así, en aquellos lugares donde las mujeres tienen muy difícil acceder a determinados puestos, las niñas no muestran interés por el estudio de las materias relacionadas con ellos.
Uno de los tópicos estrella en esto de mujeres y hombres es el sexo.
A los hombres les gusta más el sexo y tienen más ganas. Bien, pues también es falso. Esta más que demostrado que la testosterona no tiene ninguna incidencia en el apetito sexual.
Una encuesta reciente realizada entre más de 20.000 personas, mitad hombres mitad mujeres, todos menores de 45 años, demuestra que el tiempo que pasamos, a diario, pensando es sexo es muy similar. También arrojan resultados similares en relación a las ganas que tienen de sexo hombres y mujeres.
Además de las ganas, también se dice que los hombres tienen más fantasías sexuales. También es falso. Las fantasías, sexuales o de cualquier otro tipo, están relacionadas principalmente con la imaginación. No hay diferencia entre mujeres y hombres en lo que a imaginación se refiere, eso es cosa de personas.
Es cierto que durante muchos años estos tópicos relacionados con el sexo han tenido mucho de cierto. Hasta la liberación sexual de la mujer, la sociedad no veía con buenos ojos el deseo sexual de la mujer. Hasta hace dos días estaba realmente mal visto que una mujer expresase su deseo sexual. En muchos casos, ni siquiera dentro del matrimonio una mujer podía dar rienda suelta a su deseo sexual, Esta creencia tan fuertemente arraigada en la sociedad no se borra de la noche a la mañana. Aún quedan muchas mujeres condicionadas por una educación sexual inexistente y un tabú familiar.
Pero es este aspecto, el cambio generacional si ha sido importante. Muchas de las mujeres de hoy en día viven su sexualidad con naturalidad, sin prejuicios y sin juicios morales.
Mujeres y hombres ¿de verdad somos tan diferentes?
Estos tópicos, entre muchos otros, se encargan de resaltar las diferencias entre hombres y mujeres, que es lo que la sociedad ha venido haciendo siempre. Fue hace solo cincuenta años cuando las mujeres empezamos a “salir del armario” para reclamar nuestros derechos como iguales. Estamos en 2017, unas cuantos decenios no van a borrar siglos de patriarcado, pero hemos ganado grandes batallas.
Esas batallas que se van ganando paso a paso nos están ayudando a crear una sociedad donde los niños y las niñas sean solo chiquillos. Donde hablemos de los chicos y las chicas simplemente como adolescentes. Donde los jóvenes sean solo eso, jóvenes y donde los hombres y las mujeres seamos nada más que personas.
Estas batallas no se las ganamos a los hombres, se las ganamos a la sociedad, al futuro y a la igualdad. Son batallas que ganamos juntos, hombres y mujeres cuando dejamos de buscar diferencias para encontrar similitudes. Es una guerra, esa que se libra por la igualdad, que la hombres y mujeres terminaremos ganando con el tiempo, si en vez de hablar de nosotros mismos como hombres y mujeres empezamos a hacerlo como personas.