No todas las mujeres son conscientes de la importancia que tiene una limpieza facial. Las impurezas, la contaminación y hasta la propia grasa hace que los poros queden obstruidos, lo que provoca que la piel no respire bien. A causa de esto se pierde luminosidad y uniformidad en el tono de la piel del rostro. Con una limpieza facial se le puede devolver esa luminosidad y vitalidad, aunque siempre hay que saber cuándo hacerla y cómo.
¿Cada cuánto tiempo se necesita una limpieza facial?
La piel del rostro está continuamente expuesta al polvo, a la contaminación, a la humedad, al sol… Esto hace que necesite unos cuidados extra y se tenga que limpiar de forma diaria incluso aunque no se utilice maquillaje. Pero esta limpieza diaria no es suficiente y, aunque no hay una regla escrita, como mínimo una vez al año será necesaria una buena limpieza facial.
Decimos que no hay una regla escrita porque el número de limpiezas faciales al año depende mucho del tipo de piel y de los factores a los que esté expuesta la piel. La recomendación de los profesionales de belleza es hacerse una limpieza de cutis como mínimo una vez al año. Sin embargo, hay ocasiones en las que será necesario hacerla más veces. Cuando se tiene una piel grasa, por ejemplo, suelen aparecer más puntos negros e impurezas y si la piel soporta un tratamiento tan agresivo podrían hacerse hasta cada dos o tres meses.

Este tipo de tratamientos es mejor que los haga un profesional de la estética. Muchas mujeres optan por hacerse las limpiezas faciales en casa, lo que puede provocar irritaciones y heridas en la piel si no se hace de forma correcta. Además, un profesional será la persona más adecuada para decidir los tiempos y también el tipo.
Tipos de higiene facial
Antes de escoger uno de los tratamientos, aconsejamos consultar con el dermatólogo cuál es el más adecuado teniendo en cuenta el tipo de piel y los problemas que tiene.
Básica
Es la más fácil y se puede hacer en casa porque no tiene ningún tipo de complicación o peligro para la piel. Consiste en desmaquillarse, aplicar una buena crema hidratante y un tónico facial tanto por la mañana como por la noche. Antes, sin embargo, conviene limpiar el rostro con agua tibia para eliminar restos de crema o productos anteriores. También puede utilizarse un gel limpiador y un exfoliante.
Al vapor
Es ideal para pieles grasas porque no es muy agresiva y ayuda a oxigenar la piel. Durante la limpieza se aprovecha para extraer los puntos negros utilizando vapor, también es ideal para combatir las pieles con brillos y eliminar espinillas.
Peeling
La limpieza se complementa con un peeling químico que sirve para eliminar las capas superficiales de la piel. Hay varias técnicas pero la más utilizada es la del ácido glicólico. Este tipo de tratamiento ayuda a dejar la piel más uniforme y elimina marcas y manchas.
De parafina
A una limpieza básica se la complementa con la aplicación de una máscara de parafina especial. La parafina es un tratamiento que humecta las capas profundas de la piel y la hidrata, alimenta, suaviza y rejuvenece.
Para el acné
Cuando se sufre de acné es mejor consultar antes con un dermatólogo para que valore si se necesita o no una limpieza de este tipo. En este tratamiento se utiliza ácido glicólico y vapor caliente, se extraen los poros manualmente y se realiza una desincrustación eléctrica. Despué se cierran y se cauterizan los poros con un aparato de alta frecuencia, que tiene un gran poder descongestionante y una acción anti-bacteriana. Esta limpieza es solo para pieles con problemas de acné y granos persistentes.
Con colágeno
Compuesta de limpieza profunda, exfoliación, vapor, masaje de drenaje linfático y tratamiento de velo de colágeno. Es un tratamiento muy completo recomendado solo para pieles muy secas, con arrugas o pieles maduras.
Aromaterapia
En esta limpieza se utilizan diferentes tipos de aceites esenciales, según el tipo de piel y las necesidades se utilizan unos u otros, para limpiar y relajar el rostro. También ayudan en la regeneración celular y a eliminar toxinas. Muy recomendable para pieles estresadas, sensibles o expuestas a muchas partículas contaminantes.

Hay un tipo de limpieza facial para cada tipo de piel. Para conseguir los efectos deseados debe hacerse el tratamiento adecuado, pero nunca más de lo aconsejado por el profesional o la piel podría irritarse.
Hay muchos factores que pueden influir en la salud de la piel: el sol, una mala alimentación, la contaminación, los cosméticos y hasta las emociones. Las limpiezas faciales son una manera de devolverle a la piel del rostro su luminosidad, vitalidad y salud. Aunque es importante asumir que no existen métodos milagrosos contra el envejecimiento. Solo con un buen cuidado puede frenarse, pero no anularse.