Una de las cosas que necesitamos las personas para tener bienestar es estar bien en el trabajo. Desafortunadamente no todo el mundo lo consigue y según varias encuestas se cree que a un 80% de los trabajadores no les gusta su trabajo o la empresa para la que trabajan. Esta situación puede ser muy dura. Estar durante ocho horas diarias, incluso a veces más, en un lugar a disgusto tiene, a la larga, sus efectos secundarios: insomnio, desorden alimenticio, estrés, inseguridad, apatía, angustia, nerviosismo… Antes de llegar a esto, ¿te has planteado si estás en un trabajo equivocado?
Señales de que estás en un trabajo equivocado
1. El trabajo te aburre
Tu empleo te aburre porque es muy monótono, las tareas que llevas a cabo ya no suponen ningún reto para ti, no hay posibilidad de ascender o cambiar de puesto, lo que haces no te gusta porque no tiene nada que ver con lo que has estudiado o con lo que de verdad te apasiona… Un trabajo puede aburrir por muchos motivos y seguramente te es fácil identificar el tuyo.
Un aburrimiento continuo puede provocar alteraciones del sueño, irritabilidad, ansiedad, desmotivación y hasta problemas físicos.

2. El trabajo es una molestia
Está claro que es mucho más divertido practicar alguna de nuestras actividades de ocio favoritas que ir a trabajar. A pesar de esto, estar en el puesto de trabajo no tiene que ser una molestia.
Un trabajo es una molestia cuando te levantas cada mañana pensando que tu día va a ser muy largo y pesado, cuando continuamente estás mirando el reloj esperando a que llegue la hora de salir y cada minuto se te hace eterno, cuando no disfrutas con ninguna de las tareas que llevas a cabo… En el trabajo tiene que haber momentos interesantes y divertidos que contrarresten la parte negativa de este. Pasamos muchas horas en ese lugar y es obvio que habrá alguna discusión, algún momento de estrés o algún momento aburrido, pero esto se supera si hay también momentos buenos.
3. No te sientes cómodo con tus compañeros
Aunque no hace falta que tus compañeros se conviertan en tus mejores amigos, sí es importante que la relación sea, como mínimo, buena. Tanto en grandes como en pequeñas empresas, habrá personas muy diferentes, con pensamientos, gustos y maneras de hacer muy dispares. Sin embargo, para que haya un buen ambiente de trabajo es necesario que exista el respeto, el compañerismo y el trabajo en equipo. Para conseguir estas tres cosas tienen que dejarse de lado las diferencias y saber adaptarse a otras personalidades.

Una mala relación entre compañeros puede crear situaciones tensas, incómodas y hasta un mal ambiente. Esto podría llevarte hacia el estrés, el agobio, la angustia y a cometer errores en tus tareas.
4. No quieres ir a trabajar
Si el domingo ya estás pensando en que al día siguiente te toca trabajar, por la noches sientes angustia y te levantas por la mañana pensando en posibles excusas para no ir, es que estás en un trabajo equivocado.
Aunque a todos nos gusta tener el fin de semana de descanso y a veces nos quedaríamos durmiendo un poco más, levantarse para ir a trabajar no tiene que ser una tortura.
5. El sueldo es bajo
El sueldo suele ser una de las cosas más importantes de un trabajo. Puede que el trabajo no sea perfecto, quizá a veces te aburres un poco, hay compañeros con los que no consigues trabajar del todo bien… Pero si el sueldo lo compensa, puede que no esté todo tan mal. En cambio, si a varias cosas negativas se le suma un sueldo bajo con el que no puedes cumplir algunos de tus objetivos, como independizarte, darte algún capricho de vez en cuando, viajar, formar una familia… Entonces ya todo se complica.
Un sueldo bajo puede provocar frustración y estancamiento cuando se convierte en un obstáculo para conseguir objetivos.
6. Tienes miedo a tu superior
A un jefe hay que respetarlo pero no temerlo. Si tienes miedo a tu jefe porque es arrogante, desconfiado, controlador, mal planificador, no asume responsabilidades, no cumple sus promesas, grita y no respeta a los trabajadores, ¡huye! Esta persona no está preparada para llevar una empresa y no valorará nunca tu trabajo pero sí te reprochará tus errores. Esto provocará en ti frustración y desánimo.

7. Malestar físico
Cuando el aburrimiento, la pesadez, la angustia, el estrés, el mal ambiente entre compañeros y demás motivos se ajuntan, el cuerpo empieza a resentirse. Justo en este momento empiezan los dolores de cabeza y estómago, la falta de apetito, el cansancio… A causa de la presión psicológica, el cuerpo se resiente y empiezan a aparecer síntomas físicos.
Ahora que sabes que estás en un trabajo equivocado, ¿te has planteado cambiarlo? Quizá te suene a riesgo, pero a veces es mejor intentarlo y probar cosas nuevas que quedarse estancado en un sitio que solo te aporta cosas negativas.