Rick Owens ha sido uno de los pocos diseñadores capaces de convertir su estética personal en una auténtica tendencia a nivel mundial.
Camisetas negras larguísimas, prendas irreproducibles, zapatos, botas y el color negro como seña de identidad. El diseñador estadounidense no solo se ha asentado en la moda como uno de los diseñadores más relevantes del momento, sino que es uno de los pocos nombres propios que se han asentado por completo en Olimpo de la moda.
Los inicios de Rick Owens en la moda
Al contrario de lo que suele ocurrir cuando repasamos la carrera de algunos de los mejores diseñadores del mundo, la carrera profesional de Rick Owens no fue precisamente un camino de rosas. Tras abandonar, sin haber finalizado, la escuela de diseño en la que comenzó su preparación, Owens encontró una de sus pasiones en un grado de confección en la Trade Technical College de Los Ángeles.
Sin embargo, su primer trabajo estaba muy lejos de lo esperado, dedicándose a trabajar para una empresa que se dedicaba a copiar ropa de algunos de los diseñadores más destacados del mundo. No fue hasta el año 94 cuando el diseñador pudo comenzar en solitario con la marca que llevaría su nombre. Y esta vez, a contracorriente de lo que normalmente ocurre en este tipo de situaciones, lo hizo en una situación delicada, aportando su propio capital, sin apoyo de ninguno de los grandes grupos financieros que se dedican a inyectar dinero en el sector de la moda.
El cuero, los suéteres de punto y la deconstrucción de sus prendas fueron algunas de sus señas de identidad desde sus primeros pasos como diseñador. Tal y como él mismo afirma, “siento que necesito proponer gracia y forma experimental como un gesto de alejarme del hilo conductor. No como una forma de escapismo, sino como una moda de rechazo” Y es que si algo caracteriza el trabajo de Rick Owens en su firma compromiso por alejarse de todo lo que rodea a las tendencias mainstream.
Los últimos años en la obra de Rick Owens han servido para que el diseñador experimentara con las formas y las sensaciones. Incluso creando la colección Rick Owen DRKSHDW en colaboración con adidas. Tanto es así que es habitual que en sus últimos desfiles hayamos podido ver a modelos actuando como si fueran accesorios, colgando de la espalda de otros modelos, o mujeres envueltas en almohadones. También hemos podido ver en desfiles, como en París, a cuerpos con sus genitales al aire, en forma de protesta.
Y es que la moda de Rick Owens puede ser de todo, menos convencional.
La obra de Rick Owens. La contracultura como seña de identidad
Rick Owens no es precisamente el típico diseñador de la industria que ha centrado su carrera profesional al diseño de moda. A lo largo de toda su vida como artista hemos podido comprobar como las inquietudes de Owens iban mucho más allá de este ámbito. Incluso los productos que ha diseñado en este ámbito se podían situar en el la zona totalmente opuesta a la corriente que domina al sector de la moda.
Uno de los primeros puntos en los que encontramos la primera divergencia entre la carrera del diseñador y el resto de colegas de profesión es su capacidad para haber sabido mantener la independencia de su marca. Rick Owens cuenta con el 80% de las participaciones de su firma, algo inaudito en el ámbito del que hablamos. El restante 20% no cuenta con la totalidad, pero se divide entre él y dos personas más de su ámbito más cercano.
Su interés por la arquitectura también ha sido uno de los campos que ha marcado su carrera profesional. El diseñador, como él mismo ha admitido varias veces, ha considerado a la arquitectura como una de las disciplinas que más han impactado en su trabajo, habiendo conseguido plasmar en multitud de trabajos algunas de sus mayores influencias, como Le Corbusier o Carlo Scarpa, entre otros, así como a Frank Lloyd Wright.
Rick Owens es el claro ejemplo de cómo un diseñador puede haber encontrado su sitio en la moda desde una posición de completo rechazo hacia la misma, habiendo logrado posicionarse como uno de los diseñadores que ha marcado una época.
Sin duda, el diseñador es uno de los pocos nombres que ha logrado rendir a toda la industria a sus pies.