Muchas madres tienen dudas respecto a la alimentación de sus hijos, sobre todo las primerizas. Además, a través de numerosas encuestas, se ha podido saber que una de las principales preocupaciones que tienen las madres es que sus hijos crezcan sanos y fuertes. ¿Qué alimentos son buenos y cuáles son mejor reducir o evitar? Para resolver algunas de tus dudas te enumeramos las verduras que nunca deben faltar en la dieta de tus hijos.
Las verduras que nunca deben faltar en la dieta de tus hijos
A muchos niños les cuesta comer verdura, pero son un alimento clave y muy importante para el correcto desarrollo del organismo, así como también para fortalecerlo. Te enumeramos las verduras que nunca deben faltar en la dieta de tus hijos para que te asegures de que, independientemente de que les guste más o menos, obtienen los nutrientes necesarios para crecer sanos y fuertes.
1. Espinacas
Las espinacas son una de las verduras más importantes en la dieta de un niño porque es rica en carbohidratos, fibra, potasio, calcio, magnesio, hierro, fósforo y vitaminas A, E, C y B9. Hay estudios que han demostrado que las espinacas son buenas para mantener la buena salud de la piel, el cabello y los huesos.
Lamentablemente, muchos niños rechazan las espinacas. Nuestro consejo es que las añadas a la pasta, al puré o a la crema, incluso en un pastel. Muchas veces si los niños no son tan conscientes de que dentro de ese plato hay espinacas, se las comen sin problemas.

2. Acelgas
Las acelgas son ricas en vitaminas A, B1, B3, B5, B6, B9, C, E y K, en fibra, en ácidos grados omega-3 y en minerales, como cobre, calcio, sodio, potasio, hierro y fósforo. Sin embargo, muchos niños la tachan de aburrida, incluso algunos adultos la rechazan. Aun así es una verdura que no debe faltar en la dieta, ya que evita el estreñimiento, fortalece los huesos y es muy útil para combatir la anemia.
Para que un niño se la coma de una forma más fácil puedes hacer lo mismo que con las espinacas, añadirla a la pasta, al puré o a la crema.

3. Brócoli
Según el resultado de varias encuestas, el brócoli es una de las verduras más odiadas por los niños. Muchos aseguran que no les gusta sin haberlo probado porque el color, la forma y la textura les produce rechazo. Pero el brócoli no debería faltar en la alimentación de un niño, tampoco en la de un adulto, ya que es una de las que más vitaminas tiene. Para que te hagas una idea, el brócoli tiene el doble de vitamina C que las naranjas y la misma cantidad de calcio que la leche, así como también fibra y vitaminas A, B, E y K. ¿La solución? Buscar recetas con brócoli que sean atractivas.
Entre sus muchas propiedades, se ha demostrado que mejora la visión, ayuda a prevenir enfermedades vasculares y tiene propiedades anticancerígenas.

4. Zanahoria
La zanahoria no suele ser demasiado problemática y la mayoría de niños suele comérsela sin problemas. Se pueden consumir tanto crudas como cocinadas, ya que de las dos maneras son diuréticas, previenen la gastritis y el estreñimiento, mejoran la vista y fortalecen los dientes, la piel y el corazón.

5. Berenjena
La berenjena es una verdura muy versátil, ya que se puede añadir a un sinfín de recetas diferentes. Y si es una de esas verduras que nunca deben faltar en la dieta de tus hijos es porque es rica en vitaminas A, B, C y E y en fibra.
Entre sus muchos beneficios, destacamos que es diurética, baja en calorías y previene el estreñimiento.

6. Calabacín
El calabacín es una de las verduras más utilizadas para hacer puré a los bebés porque tiene un sabor suave y es muy rico en vitaminas C, B3 y provitamina A. Además, gracias a su alto porcentaje de agua, hidrata. También contiene fósforo, potasio, magnesio, calcio, ácidos grados omega-3 y luteína. Una buena verdura para mejorar la visión, mantener el colesterol bajo control y ayudar en el tránsito intestinal.

7. Coles de Bruselas
Las coles de Bruselas son una verdura con un alto porcentaje de agua, concretamente un 90%, por lo que ayuda a mantener el cuerpo hidratado. Además, contiene vitaminas B2, B3, B6, B9, C y E, ácido fólico, carotenos, potasio, calcio, fósforo, magnesio, sodio, hierro y zinc.
Se ha podido comprobar que protegen frente al cáncer, son antioxidantes, favorecen el tránsito intestinal, disminuyen el colesterol malo y tienen efecto diurético.

8. Judías verdes
Las judías verdes deberían incluirse en todas las dietas. Tienen un alto contenido en vitamina C, por lo que son un potente antioxidante. También son ricas en vitaminas A y C, por lo que fortalecen el sistema inmunológico, y vitamina K, para mantener los huesos fuertes y sanos. Además, son ricas en fibra, potasio y magnesio.
Eso sí, recomendamos consumir judías frescas y evitar las congeladas porque son más saludables y mantienen todas sus propiedades.

9. Apio
El apio contiene vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C y E, potasio, sodio, calcio, zinc, magnesio, hierro, azufre, fósforo, cobre, silicio, aceite esencial y fibra. Su aporte calórico es muy bajo, pero su valor nutritivo es muy alto porque es rico en agua, vitaminas y minerales, así que es un perfecto diurético. Además, ayuda a mantener sanos los riñones, a tratar la hipertensión y ayuda a calmar los dolores articulares. Puede que parezca inútil para un niño, pero comer apio puede prevenir la aparición de problemas de este tipo.

10. Lechuga
La lechuga es rica en vitaminas A, C, E, B1, B2, B3, B9 y K y minerales, como el fósforo, el hierro, el calcio, el potasio y los aminoácidos. Pero, además, las hojas más verdes contienen vitamina C y hierro. Así que es ideal para evitar el estreñimiento, combatir la anemita y tratar el resfriado y el dolor. También ayuda a controlar el colesterol y los niveles de azúcar.

Estas son las 10 verduras que nunca deben faltar en la dieta de tus hijos. Todas ellas pueden ser muy versátiles, por lo que solo tienes que preparar recetas que les guste a los pequeños de la casa.