Varios estudios demostraron que durante el embarazo algunas células del bebé pasan al cuerpo de la madre y algunas células de la madre pasan al feto. Después de este descubrimiento, se quiso investigar un poco más y se llegó a la conclusión de que en la mayoría de ocasiones las mujeres adquieren células fetales cuando están embarazadas. Estas células pueden desaparecer con el tiempo, pero en algunos casos se quedan para toda la vida. A esto se le conoce como microquimerismo fetal.
¿Qué es el microquimerismo?
Se entiende por microquimerismo esa situación en la que una persona o ser vivo tiene en su organismo células de otro individuo y, por consiguiente, un pequeño porcentaje de ADN diferente al suyo. Cuando estas células establecen una relación con las propias y crean un vínculo, se desencadenan una serie de consecuencias que pueden ser tanto positivas como negativas. Esta situación no es exclusiva en el ser humano y también ocurre en otras especies animales.

Microquimerismo fetal
El microquimerismo se da, sobre todo, durante el embarazo. Madre e hijo están conectados por el cordón umbilical y la placenta durante 9 meses y es a través de esta conexión que hay un intercambio de células. A partir de la cuarta semana de gestación ya pueden encontrarse células fetales en algunas madres y a partir de la séptima en todas.
En muchos casos estas células desaparecen meses o años después del parto, pero en algunos casos se han encontrado hasta veinte años después de dar a luz en el corazón, en el hígado y hasta en el cerebro. Cuando esto pasa, las células se integran perfectamente con las del sujeto.
No es necesario que el embarazo acabe en parto para que se produzca este hecho, porque han habido casos en los que las madres han tenido células con un ADN diferente al suyo después de perder al bebé.

Los efectos positivos
Este tipo de célula es pluripotente o, dicho de otra forma, una célula que puede ser cualquier célula. Es decir, cuando esta pasa del bebé a la madre, aún no tiene definido el tipo de célula que será, por lo que puede transformarse en aquella que más falta haga en el cuerpo materno. Una célula pluripotente, además, tiene una gran capacidad de renovación y puede ayudar en la regeneración del cuerpo de la mujer.
Las ventajas que puede tener en el cuerpo de una mujer este tipo de células pueden ser muchas. De hecho, han habido casos de mujeres que han visto reducidos sus problemas cardiovasculares después de la participación de estas células en la reparación del corazón. Este tipo de regeneraciones también han tenido lugar en otros órganos, como el hígado, el riñón o el cerebro.
¿Tiene efectos negativos?
Aunque aún queda mucho por investigar, se cree que el microquimerismo fetal podría afectar negativamente a una mujer en algunos casos muy concretos. Se ha observado que el sistema inmune a veces podría reaccionar ante estas células como si se tratara de un invasor. Incluso se ha llegado a asociar este tipo de células a algunos tipos de cáncer, aunque también se ha dicho que su presencia protege contra este tipo de enfermedad.
Células de la madre en el bebé
De la misma forma que una mujer puede tener células de su hijo, un bebé puede tenerlas de su madre. La presencia de estas células puede tener consecuencias positivas y hacer, por ejemplo, más fuerte el organismo para luchar contra la diabetes. Pero también negativas y provocar la aparición de una inmunodeficiencia severa, un síndrome de lupus neonatal, una dermatomiositis o una atresia biliar.
De todas formas no hay que alarmarse porque queda aún mucho por investigar y hay muchos estudios todavía abiertos. Por nuestra parte, creemos que el microquimerismo, a la larga, será más bueno que malo y que podría ayudar a encontrar nuevos tratamientos.