Muchas veces sientes que no encuentras la forma correcta de guiar a tus hijos a tomar buenas decisiones de vida. Por esa razón, muchas madres toman ciertos caminos que pueden empeorar la relación con su hijo. Puesto que, terminan en sobreprotección o en presiones innecesarias. Tener el control de todo lo que haga tu familia, no es una buena forma de cuidar de tus hijos. Por el contrario, esto puede generar distancias por la sensación de agobio que les llegas a causar. Sin necesidad de presionar a tus chicos, ellos dócilmente puedan recurrir a ti de forma tranquila. Todo es cuestión de saber la forma correcta de abordar las situaciones familiares.
En ocasiones, una madre no nota cuando está agobiando a sus hijos. Por lo tanto, sigue actuando de la misma forma. Al tomar un carácter plenamente autoritario, puedes sentir por un momento que tienes todo bajo control, pero la verdad no es así. De hecho, puede que intentando cuidar de tus hijos de esta forma, ellos comiencen a ocultar cosas de tu conocimiento. Ya sea por miedo o para no sentirse del todo controlados. En estos casos pueden tomar decisiones sin tu opinión o consentimiento. Esta medida puede resultar negativa para tus hijos, incluso, perjudicial.
Para evitar caer en errores de crianza, mientras intentas cuidar de tus hijos es importante que recuerdes tu papel en su vida. Ante todo, eres su madre. Esto no significa que seas el control remoto que dirige cada acción que piense realizar tu hijo o cada paso que da. Tu función de crianza y guía debe ser algo que se genere de forma natural sin que tome rumbos negativos. Si decides tomar una actitud de extremo control, la comunicación con tu hijo puede verse muy afectada y comprometida. Por lo que, debes tener ciertos aspectos en consideración para cuidarlos sin hacerlos sentir bajo tu dominio. Recuerda que, mientras más quieras controlar mayor será el efecto de descontrol sobre aquel que se siente controlado.
Debes generar la confianza para que te hablen sobre cualquier cosa
Si has entablando una comunicación sana con tus hijos, podrás ayudarlos en un futuro. La razón será que tus hijos confiarán en ti y no tendrán la necesidad de esconder nada. Sencillamente la confianza genera un vínculo que traspasa la figura de madre, dando lugar a la de amiga. Para cuidar de tus hijos, debes conocerlos. La confianza es esencial para lograr este fin. Si son capaces de contarte con honestidad lo que ocurre con ellos, podrás actuar en tu rol de madre. Sea cual sea el tema, si desde siempre has propiciado un ambiente de seguridad para tus hijos, te lo contarán. De esta forma, no tendrás la necesidad de imponer tu voluntad o forzar la relación a extremos negativos.
El peor error que puedes cometer como madre es tener que recurrir a otros para enterarte de ciertas cosas sobre tus hijos. Lo correcto es que te dirijas directamente a ellos y preguntes abiertamente, pero sin juzgar o criticar. Si la confianza es sana y real, podrás saber todo desde la fuente principal sin tener que preguntar a otros. Por supuesto, para cuidar de tus hijos debes saber con qué personas se rodean. De esta manera, podrás asegurarte de que tu hijo está a salvo. Hay formas de ir conociendo la gente en su entorno, sin necesidad de imponerle un grupo que tú quieres. Lo importante, es que conozcas con quien se relaciona y si algo no parece estar en orden se lo hagas saber sin imponer criterios.
El secreto de lograr una conducta específica en tu hijo es hacerlos entender el error o la situación. Esto no significará que debas anular la voluntad de tu hijo. Todo lo contrario, se trata de demostrar con argumentos inteligentes que tú tienes la razón. Para ello nada mejor como el diálogo.
Aclara las dudas de tu hijo de la manera más simple y sin ningún tabú
Hay ciertos temas que pueden ser difíciles de tratar con tus pequeños a cierta edad. Sin embargo, si de verdad quieres cuidar de tus hijos, debes quitarte el tabú y aclarar sus dudas sin miedo. Tú eres la persona que debe contarle de los males de la sociedad, antes de que otra persona lo haga erróneamente. Los temas como la sexualidad, las drogas y los valores son algo que genera curiosidad en los niños a cierta edad. Es mejor que conozcan de todas estas cosas por medio de ti. Puesto que, nadie mejor que tú para hablarle a tus hijos sobre estos temas sin malicia.
Reprende cuando sea necesario, lo negativo debe quedar siempre claro
No agobiar a tus hijos no significa que te desligarás de las acciones que tomen, dándoles total libertad. Siempre debes saber lo que están haciendo, con quién lo hacen, cuándo y dónde lo hacen. Recuerda que, estar al tanto de lo que hacen es fundamental. Si algo está mal hecho, no puedes dejarlo pasar sólo para que no se siente ahogado por ti. Al contrario, si quieres cuidar de tus hijos debes decirles lo que están haciendo mal para que eviten repetirlo. Es tu deber guiar sus actos para que sean personas de buena voluntad.
Guíalos, pero no condiciones sus decisiones
Esta diferencia ha de ser clara en todo momento para cuidar de tus hijos de manera correcta. Puede que te sientas tentada a tomar algunas decisiones por ellos cuando crecen, pero ese ya no es tu deber. Tu labor es aconsejarlos para hacerles saber tu opinión sin imponerla. Es decir, mostrarles según tu criterio cuál es la opción más viable y correcta para ellos. No debes imponer lo que consideras deben hacer, pues en un futuro no querrán comentar sus planes contigo o no tendrán la voluntad para tomar sus propias decisiones. La idea es que sugieras una solución a sus dilemas en lugar de resolverlos tú misma como cuando eran pequeños.
No reproches sus errores, sólo aconseja
“Te lo dije” es la frase favorita de las madres cuando algo no sale de acuerdo con los planes del hijo. Reprochar los errores de otros una y otra vez no es sano para nadie. Una actitud que puede resultar desmotivadora para cualquiera. Tal vez quieras cuidar de tus hijos, pero hay maneras de hacerlo sin caer en problemas familiares. Aconsejarlos, apoyarlos y hablar, es algo mucho más fácil y efectivo que recordarles cada vez que puedes que hicieron algo mal. De esta manera, en caso de que algo salga mal a futuro, estarán abiertos a hacértelo saber, pues los ayudarás.
Debes cuidar de tus hijos sin sobreprotegerlos
Algo que resulta agobiante para cualquier hijo es la sobreprotección. Todos queremos sentirnos cuidados, pero no manipulados. Por ese motivo, debes cuidar de tus hijos dejando cierta libertad y margen de error. Deja que se equivoquen, pues de sus errores aprenderán tanto ellos como tú. Siempre mantente a su lado, pase lo que pase. De esa manera, estarás presente para ayudarlos a mejorar su futuro. Debes estar pendiente de todos lo que tenga relación con tu hijo, pero sin intervenir al 100% en esos factores. No se trata de decidir sobre todo lo que tú quieres para tu hijo. Más bien, debes saber lo que quieren y ayudarlos a llegar a eso que ellos desean.
No fuerces a tus hijos a hablar de sus problemas
Si los dejas pensar y actuar con calma todo estará mucho mejor. Para cuidar de tus hijos, debes darles su espacio al momento de tomar decisiones sin dejar de prestar atención. Si has sabido crear la confianza y comunicación con tus hijos no se sentirán agobiados por ti en ningún momento. Al contrario, ellos mismos buscarán tu guía y consejo para tomar las decisiones. Puesto que, saben que serás su gran apoyo. El error de muchas madres es forzar la comunicación con sus hijos intentando protegerlos, lo que puede terminar en mentiras.
Para evitar estos panoramas, lo ideal es que al cuidar de tus hijos seas lo más transparente posible. Es decir, hacer de la relación con tu hijo la mejor de las amistades para que pueda sincerarse. Si tus hijos son sinceros contigo, tu trabajo cuidándolos será mucho más fácil y natural del que te imaginas. Pues habrás hecho una labor perfecta ganándose tu confianza y volviendo necesario tu consejo para cuando tomen decisiones de vida.