Sí, todos sabemos que desde hace mucho tiempo las mujeres están luchando por la igualdad de géneros y de hecho han tenido éxito. Sin embargo, ¿Conoces los fundamentos del movimiento feminista en la actualidad? Y sobre todo: ¿Cuál es su papel en el reconocimiento de la mujer?
Como sabes, este es un tema un tanto controversial. Existen variedad de opiniones encontradas. Algunas veces, las mismas distan mucho de la realidad en cuanto al reconocimiento de la mujer. Desde épocas ancestrales el desenvolvimiento de la mujer ha sido estrictamente limitado. La mujer se dedicaba al cuidado de la casa, los hijos y el marido. Tanto en Occidente como en Oriente. Claro, con grandes diferencias entre ambos hemisferios. Se trata de un tema que da para mucho más, como habrán notado.
El Reconocimiento de la mujer en las culturas precolombinas
En las culturas precolombinas de Latinoamérica, por ejemplo, el reconocimiento de la mujer estaba muy bien establecido. Específicamente en el ámbito de la producción textil o de alfarería. Además, de las actividades en pro de la comunidad, el cuidado de los pequeños y, por supuesto, la función de procreación. A pesar de esto, la mujer gozaba de cierta independencia, si se le puede llamar así. Jugaba un rol importante dentro de la sociedad, la cual de alguna manera era matriarcal. Sin embargo, siempre estaba a expensas del hombre. El hombre, entonces, se encargaba de la caza u otras actividades de mayor importancia.
Si investigamos sobre este tema, podemos notar que, en otras culturas, se repetía este esquema, pero con ciertas diferencias. Si nos enfocamos en la antigüedad griega, vemos que el reconocimiento de la mujer, es poco. Incluso, nos atreveríamos a decir que prácticamente nulo. Así pues, en diálogos de Platón, por ejemplo, vemos que las féminas se relacionan con temas como el amor. Tal es el caso del Banquete, manifiesto donde una mujer llamada Diotima es quien goza de los mayores preceptos de este sentimiento. No obstante, este caso, resulta una excepción.
Feminismo en la antigüedad
Los ideales de belleza que caracterizaron a los grandes héroes y dioses griegos. Se basaban especialmente en el cuerpo del hombre y su perfección con respecto al canon. A diferencia del reconocimiento de la mujer hoy día, pues los cánones de belleza han cambiado. Todos han escuchado las famosas medidas de 90, 60, 90. Pero pensémoslo de nuevo. ¿Estos ideales se asemejan a la realidad?
Las modas cambian, pero la realidad no tanto. Desde que se instauró el movimiento feminista, se han llevado a cabo grandes cambios; avances con respecto al reconocimiento de la mujer. Es una verdad que la mujer, hoy día, hace presencia en muchos ámbitos en los que antes ni existía. Actualmente, vemos mujeres en la presidencia de varios países, representantes de organizaciones y demás cargos importantes para la sociedad.
Valdría la pena preguntarse ¿Qué consecuencias ha traído este nuevo reconocimiento de la mujer? Pues bien, muy pocos saben que el movimiento feminista se inició previo a la ilustración, pasando por el Medioevo. No obstante, fue hasta 1960 que se dio la eclosión que realmente trajo resultados. Antes de ese año, sólo hubo representantes del movimiento que se hicieron notar, pero que no alcanzaron a producir una gran ola.
¿Cuáles son las consecuencias de este movimiento?
El movimiento feminista del siglo XX trajo tanto ventajas como desventajas, incluso para los hombres. El reconocimiento de la mujer ha ido en aumento, hasta el punto de la exageración. Al leer esto, pensarás que no suena muy posible. Sin embargo, la problemática está en que, más allá de conseguir la igualdad de géneros, ahora se pone en un nivel de superioridad a las damas. Si te fijas un poco en tu entorno, notarás que sí pasa.
Ahora, la mujer recibe más atención que antes. Hay espacios destinados para estas e incluso su seguridad ha aumentado. Entonces, es posible que la desigualdad sea peor que antes. Pues el hombre no disfruta de tales “beneficios”. Así pues, se ha generado cierta exclusividad. Que no era parte del reconocimiento a la mujer y que se buscaba erradicar a los inicios del movimiento feminista.
¿De qué se trata?
El verdadero propósito de dicho movimiento era encontrar el equilibrio de oportunidades, entre hombres y mujeres. Evitando privilegios aplicados para unos y no para los otros. Por otra parte, este reconocimiento de la mujer aún no llega a otras áreas. Pensaríamos, entonces, que hemos ido en retroceso. Un claro ejemplo de ello, es el tema de los pagos que reciben los hombres en la industria hollywoodense, con respecto al que reciben las actrices. Como sabrás, este es un tema muy discutido en la actualidad y en la farándula.
Además, todavía existe aquella relación ancestral de la mujer y los quehaceres del hogar. Aún los comerciales de tostadoras y jabones de ropa van dirigidos a mujeres. Lo que resulta muy paradójico, pues mientras que en ciertos ámbitos hay un excesivo reconocimiento de la mujer. En otros, simplemente se mantiene un pensamiento machista. De hecho, en los últimos años, se ha intensificado el micromachismo y otros tipos de conductas por parte de hombres y mujeres.
¿Qué buscamos las mujeres?
Ahora bien, la solución a todo esto sería entender a profundidad el porqué de la inconformidad de las mujeres. Muchos consideran que es imposible comprender a las féminas. Puede que sea cierto. Nadie puede negar que somos difíciles. Las mujeres, desde siempre, por su naturaleza han sido fuente de inspiración para muchos. Aunque a nivel de derechos no haya existido, sino hasta hace poco, un reconocimiento de la mujer. Es un hecho que, en muchos otros aspectos, siempre ha sido el centro de atención. En el arte, por ejemplo, ha sido alabada y glorificada en su naturaleza.
El reconocimiento a la mujer, por lo tanto, debe recaer en todas las cualidades y diferencias que las hacen dignas de admiración. Dejando a un lado su condición física y aspecto.
No buscamos que nos identifiquen por nuestra apariencia física. La mujer quiere ser identificada por las capacidades que tiene. En síntesis, es claro que aún hay mucho por hacer para dar inicio al verdadero reconocimiento de la mujer, pero en los ámbitos que son pertinentes y sin desmejorar la condición de los hombres. El verdadero movimiento feminista no intenta estar por encima de otros, pues su precepto es la igualdad de géneros.