¿Sabes cómo influye tener una persona pesimista o negativa en tu vida? Realmente no nos damos cuenta, pero estar rodeados de gente que no nos aporta energía positiva puede perjudicarnos, y mucho, en diversos aspectos. De este modo, en multitud de ocasiones no importa que nos encontremos bien, simplemente con tener a alguien al lado quejándose constantemente y viendo cada situación como si se tratase del fin del mundo puede hacernos mucho daño. A veces, debido a que no queremos ser duros con la otra persona, preferimos intentar calmarla con el fin de levantar su ánimo y no verla constantemente en una situación desagradable. Ahora, con este tipo de gestos nosotros estamos haciendo un esfuerzo que no nos corresponde. De este modo, nos agotamos emocionalmente más rápido y contamos con menos fuerzas para afrontar nuestros propios problemas.
Por supuesto, no estamos hablando de dejar de lado a un amigo o a una persona que lo está pasando mal de manera puntual. Pero, obviamente, escuchar de forma constante un problema tras otro no solo no nos hace sentir bien, sino que apaga una parte de nosotros que debemos tener activa para afrontar el día a día con la mayor fortaleza posible. Además, muchas personas que hablan sin cesar de todo lo malo que les sucede, lo más probable es que no necesiten una persona cercana con la que desahogarse, sino un profesional de la psicología que les haga cambiar su forma de ver la vida y todo lo que tienen en ella. Por lo tanto, no debemos asumir cuestiones que no nos corresponden.
Características de una persona pesimista
Normalmente, las personas pesimistas o negativas se mueven por unos patrones que las caracteriza. Todos ellos provocan que se sumerjan en una burbuja que no solo no les permite respirar, sino que, además, muchas veces arrastran a aquellos que tienen cerca hacia el pozo del que no quieren salir. Analizamos algunos de ellos en este apartado. Descubrirás por qué puede afectarte tanto tener una persona pesimista o negativa junto a ti.
Centran su atención en los puntos más negativos
Las personas pesimistas se dedican a centrarse en aquellas situaciones que producen malestar o dolor. Es más, tanto es así que este tipo de sensaciones se multiplican día tras día. Una de las teorías es que todo lo que se desarrolla de manera adecuada, como está dentro de aquello que cabría esperar, realmente creen que no tiene importancia en absoluto. De este modo, son capaces de mantener su atención en pequeños problemas que realmente no tienen tanta importancia o que puede vivir cualquiera en un momento dado.

Sus expectativas se mantienen bajas
Cuando hablamos de personas negativas, nos referimos a aquellas que siempre piensan en que lo peor está por venir. Pero tanto les frustra esta idea, que prefieren que todas sus expectativas sean bajas para evitar cualquier tipo de decepción. Por ello, cuando tiene lugar un problema inesperado, no existe una gran alteración emocional en ellas, simplemente alimentan su pesimismo, intentando hacer ver a aquellos que les rodean que tienen motivos para mantener su actitud.
Realizan pocos sacrificios
Las personas pesimistas, como dan por hecho que nada les va a salir bien, directamente no se esfuerzan en cambiar su situación. Su ritmo de vida se centra, sobre todo, en analizar la mala suerte que tienen de manera constante, cuando, sin duda, lo que necesitan es un cambio de actitud. Los caminos a los que pueden optar son muchos, pero, al fin y al cabo, su zona de confort se ha convertido en ese lugar en el que la calma se hace protagonista cuando critican todo lo que sucede a su alrededor.
Sus niveles de estrés pueden ser muy altos
Las personas negativas saben que tienen un rasgo que a veces no es aceptado por la sociedad. Por este motivo, intentan, en ocasiones, ocultarlo. Ahora, una personalidad de estas características puede hacerse evidente en cualquier momento. De este modo, la situación les exige estar alerta para no revelar cómo son en realidad, aumentando sus niveles de estrés y su ansiedad.
Influencia de las personas negativas
Como hemos dicho antes, tener una persona pesimista o negativa en tu vida puede perjudicarte, y mucho. Los motivos son varios, por lo que describiremos algunos de ellos a continuación.

Pérdida de energía
Todos los días nos podemos esforzar por ver el mundo con el mejor humor posible, pero como bien dice el refrán, todo lo malo se pega. De este modo, tener una persona pesimista o negativa junto a nosotros nos impide ver lo más bonito que tenemos a nuestro alrededor, puesto que nuestro acompañante se dedicará a empañar el cristal por el que vemos el mundo. Por supuesto, tenemos la oportunidad de imponer nuestro punto de vista, pero debemos derrochar mayor energía para conseguirlo.
Peor humor
Al igual que muchos días de lluvia seguidos, y la falta de sol, pueden hacer daño a nuestra moral, una persona negativa posee la facultad de conseguir lo mismo. Si alguien nos muestra de manera constante todos los puntos negativos que nos rodean, al final nuestra atención se puede ver desviada hacia aquellas situaciones que en un principio no nos afectaban en absoluto.
Dolor constante
El hecho de que primen las ideas pesimistas en nosotros puede provocar que nos sintamos mal de manera constante y que nuestros miedos se multipliquen. Cuando nos ponen delante diversas situaciones en las que todo sale mal, es más común que nos las creamos. Así, dejamos a un lado la esperanza de que nuestro camino sea sencillo, observando más detenidamente las piedras que nos podemos llegar a encontrar, aunque estas sean escasas y pequeñas.
Tratar con una persona negativa no es fácil. Por ello, debemos pensar en nosotros y cuidarnos de las sensaciones que nos pueden llegar a transmitir. Una posibilidad es hablar con ella y tratar que cambie de actitud. Puede que esta se deba a una crisis temporal. Ahora, si la situación se extiende en el tiempo, lo más sano para nosotros será marcar distancia con esa persona. No se trata de dejar de lado a nadie, sino de evitar que nos hagan daño. La ayuda psicológica es muy importante en estos casos, pero son muchos los que se niegan a solicitarla. De este modo, mientras no se busque una solución, lo más recomendable es juntarnos con aquellos que de manera constante nos hacen sentir bien, antes de perder nuestra esencia y nuestra vitalidad.