El español medio disfruta de menos de siete horas de sueño diario. Así lo revela un estudio realizado por Asocama. Resultados de la misma investigación revelan que en la misma proporción los individuos se levantan cansados y doloridos. Esta situación es un reflejo de los malos hábitos existentes en relación a las horas de sueño que emplean.
Infortunadamente, la mayoría de nosotros da prioridad a todo tipo de actividades laborales o personales sobre el sueño. A la larga, esto redunda en problemas de salud que se van manifestando progresivamente.
Hábitos y horas de sueño
Uno de los hábitos que debemos respetar es la cantidad de horas a dormir. Durante cada etapa de nuestra vida nuestro organismo exige un tiempo de sueño para su buen funcionamiento.
Así, de acuerdo con investigaciones recientes, los recién nacidos deben dormir cuando menos 14 horas, sin exceder las 17 horas. Por su parte, los bebés y niños pequeños deben mantenerse en un rango de sueño entre 10 a 14 horas.
Si se trata de pequeños en edad escolar lo recomendado es de 9 a 11 horas. Mientras que los adolescentes precisan de un mínimo de 8 y un máximo de 10 horas de sueño diario.
En el caso de los adultos, estos deben dormir de 7 a 9 horas desde los 18 y hasta los 64 años de edad. Y finalmente las personas de la tercera edad deben mantenerse en un rango de 7 a 8 horas de sueño por día.
Cumplir con las horas de sueño recomendado por los especialistas es clave para la buena salud. Sin embargo, existen otros hábitos igualmente importantes en cuanto a la sanidad del sueño se refiere.
Por ejemplo, practicar algún deporte por lo menos tres veces por semana reduce el insomnio. El cigarro y la bebida también son causantes de nuestros desvelos. Así, quienes desean terminar con los problemas para dormir, pueden iniciar por aumentar la actividad física y reducir tabaco y alcohol. Tomar un vaso de agua media hora antes de dormir, también puede ayudarnos a dormir más rápido y mejor.
Mantener la cama como un santuario para el sueño y el sexo es fundamental cuando se desea superar los problemas de insomnio. Del mismo modo, establecer una rutina previa a acostarse, ayuda a nuestra mente a desconectarse de ocupaciones y preocupaciones.
La siesta es la clave
Como ya se ha dicho, dormir es indispensable para nuestro organismo. En este sentido, muchas veces tomar una pausa y descansar durante la jornada puede traer muchos beneficios. Es por ello que cada vez más empresas promueven la siesta en la oficina. Pues algunos estudios sustentan que esto favorece la creatividad y la productividad.
La siesta nos ayuda a mantener bajo control los niveles de ansiedad y estrés. Los beneficios de una buena siesta aplican para todos sin importar la edad. Niños, adolescentes y adultos pueden obtener resultados favorables de la siesta como hábito.
En todo caso, la siesta no debe exceder los 20 minutos, de lo contrario tendremos dificultad para despertarnos. Además, las siestas demasiado prolongadas pueden traer consecuencias negativas para la concentración.
Consecuencias de la falta de sueño
La falta de sueño y el insomnio pueden afectar nuestro organismo de formas que no siempre somos capaces de percibir. Por ejemplo, un estudio ha demostrado que un conductor con sueño representa un peligro proporcional a uno en estado de ebriedad.
Por otra parte, privarnos de sueño frecuentemente incrementa a la larga, el riesgo de obesidad y diabetes. También nos volvemos más propensos a contraer gripes y enfermedades virales, ya que la falta de sueño debilita el sistema inmunológico.
Más comúnmente, no contar con las horas de sueño necesarias puede derivar en contracturas musculares a nivel de cuello y espalda. También podemos presentar frecuentes dolores de cabeza y problemas dentales relacionados con la mandíbula. Además, no dormir suficiente nos hace lucir considerablemente menos atractivos , así lo ha demostrado un instituto de Estocolmo.