Vivimos a un ritmo frenético que en muchas ocasiones nos limita para dedicar tiempo para cocinar en casa. Por el contrario, el índice de consumo de comida rápida aumenta año a año, aun cuando es una alimentación no saludable y a largo plazo más cara. ¿Es posible comer sano y barato? Sí, y te mostramos cómo.
Consejos para comer sano y barato cada día
¿Eres de las que tira de lo primero que ve hecho en el supermercado? Porque sí, la tentación existe y cada vez es más habitual encontrar en los supermercados zonas en las que puedes comprar «comida casera» ya hecha, para comer «sano» sin necesidad de perder el tiempo cocinando.
Más allá de que sean o no productos de primera calidad, lo cierto es que su precio es más elevado que si lo compraras fresco y lo cocinaras. Existen multitud de recetas fáciles para comer sano y sin mucho presupuesto ni tiempo.
Otro de los problemas que presenta la dependencia de este tipo de alimentación es la cantidad de conservantes y aditivos que les añaden para que se mantengan en condiciones durante todo el día. Así pues, toma buena nota sobre cómo es posible comer en casa, con alimentos frescos y de forma más sana y rápida.

El desayuno, ese gran olvidado
¿Cuántas veces sales a trabajar sin desayunar? Es un error gravísimo. El desayuno es una de las principales comidas del día, y dado que se nos va a requerir un esfuerzo (sea para estudiar o para trabajar) necesitamos nutrir al organismo para que pueda realizar las tareas adecuadamente.
¿Café para llevar? Mejor café de cafetera italiana en casa: además de ser más barato, es mucho más saludable. Y súmale cereales, lácteos y alguna fruta y conseguirás un desayuno completo por lo que te cuesta un café y bollería procesada en cualquier cafetería.
Snacks económicos para comer a media mañana
Siempre que sea posible, haz más comidas espaciadas a lo largo del día, con menor cantidad. Para almorzar, no solo existen los snacks salados o los bollos y tortitas de supermercado.
Una pieza de fruta o un snack como crudités vegetales sacian la sensación de hambre, son rápidos de preparar y te permiten comer sano y barato.
Comer en el trabajo con comida casera
¿Has hecho el cálculo de cuánto te cuesta al mes comer en el restaurante de la empresa o de menú del día? Aunque sea de forma puntual, y quieras comer solo un sándwich, siempre que sea posible llévalo desde casa: será más económico y saludable, ya que sabrás exactamente qué lleva.

Y, reconozcámoslo, cuando se trata de buffet de restaurante, la calidad baja. Con dedicar media hora a la cocina podemos llevar al trabajo un tupper saludable y por muy poco dinero.
Consumo inteligente, la clave para comer sano y barato
Con consumo inteligente nos referimos a priorizar los productos de temporada al capricho de comer productos exóticos.
Los productos de temporada son más baratos (ley de oferta y demanda), y son más saludables. Piensa que la naturaleza nos provee en cada época de aquello que necesita nuestro organismo.
Piensa, además, que el sabor no tiene nada que ver con los productos conservados en cámaras que se envían a todo el mundo. Si es posible, incluso, prioriza alimentos de kilómetro cero, tendrán menos aditivos y fomentarás la economía local sin sacrificar tu presupuesto.

Compra inteligente
Uno de los aspectos más dramáticos de los países desarrollados es la cantidad de comida y alimentos que tiramos a la basura. Aun cuando existen iniciativas para aprovechar estos alimentos, sobre todo en restaurantes, lo cierto es que nosotros podemos tomar cartas en el asunto y evitar llegar a ese punto con el simple gesto de revisar bien lo que hay en el frigorífico antes de ir a comprar.
De esta forma, nos aseguraremos que no haremos compras compulsivas, y planificaremos mejor cuándo reponer los alimentos básicos de nuestra dieta.
Si además aprovechas las sobras para darles una nueva forma, te será más atractivo no tirar comida, y aprovechar lo cocinado. Existe vida más allá de las croquetas.
Compara precios
El marketing de las grandes superficies es muy eficaz… si no estás prevenido. ¿Hay una oferta? Quizás hayan subido los precios antes para tratar de seducirte con el precio o sea un producto que va a caducar en breve.
Aunque nuestro ritmo de vida nos obliga en ocasiones a aprovechar cada viaje para comprar todo lo posible (de ahí el propio concepto de supermercado y de centro comercial), intentan comparar entre grandes superficies. Es habitual que determinados productos tengan diferencias significativas en el precio, siendo el mismo producto, con las mismas características.
Es posible que consuma un poco más de tiempo, pero en el largo plazo, nuestra salud y nuestra economía familiar agradecerán este pequeño esfuerzo, que sumado a los anteriores, nos permitirá comer más sano y más barato.