Por desgracia, la violencia es una realidad que atormenta a muchas mujeres alrededor del mundo. En la mayoría de los casos, los atacantes suelen ser conocidos o personas cercanas a las víctimas. Pero ¿Qué pasa cuando tu agresor duerme en tu misma cama? Este es tema al que muchas mujeres temen, pero que debe ser comunicado. La violencia doméstica o de género, no es algo que debas callar si lo estás viviendo, o mejor dicho, sufriendo.
Cuando una mujer decide entregar todo a un hombre, jamás piensa en que puede terminar envuelta en un caso de violencia doméstica. No decides juntarte a alguien para ser maltratada, lo haces por amor. Y esta, también, debería ser la idea del hombre con el que te juntas. No es justo decir que, todos los hombres golpean a sus esposas porque esa tampoco es una realidad. Pero si debes estar atenta, a los indicios en tu pareja que puedan determinar una actitud o conducta violenta.
Generalmente, las víctimas de la violencia doméstica, no se dan cuenta de lo que están viviendo en un inicio. Por lo que, debes estar alerta ante cualquier panorama que se presente con posibilidad de terminar en esta terrible situación, dentro del hogar.
¿Cómo puedo darme cuenta de que mi pareja es violenta?
Como se dijo anteriormente, en un inicio, es complicado determinar si estas junto a un ser violento. Durante el inicio de las relaciones, generalmente, todo es color de rosa. Es por ello que, es en la convivencia real y progresiva con tu pareja, donde podrás estudiar su comportamiento ¡No conoces a una persona a profundidad, hasta que vives con ella! Es allí, donde sus mayores virtudes y peores defectos serán revelados ante tus ojos. Y podrás comenzar a notar, si en algún momento llegarías a ser víctima de violencia doméstica en sus manos.
¡No se debe generalizar en estos casos! No. Porque, aunque tengas una fuerte discusión con tu pareja, por algún problema, no significa que deba terminar en términos de violencia. No siempre las discusiones son sinónimos de violencia doméstica. Las parejas discuten, es parte de las relaciones. Sin embargo, es la intensidad y hasta qué punto se lleve la discusión lo que será clave para determinar la mentalidad de tu pareja sobre cómo te trata.
¡Jamás! Por ningún motivo, debes permitir que tu novio, esposo o como sea que prefieras llamarle, te sobrepase o agreda de manera verbal o física. Esto no quiere decir que, tú seas la que lance el primer ataque. Por el contrario, si tratas de calmar la situación y tú pareja no colabora. Entonces, ya debes ir determinando ciertas cosas sobre la violencia doméstica. Lo ideal en este punto de inicio, sería irse y no volver. Puesto que, evitando el abuso desde el principio, no tendrás que ser víctima jamás.
Si la violencia doméstica ya es parte de tu hogar…
No mereces pasar por tan dolorosa situación. Es un hecho que, una vez que las agresiones comienzan, difícilmente pueden detenerse. Así que, debes tomar la fuerza y el amor propio que hay dentro de ti y procurar solventar tu situación. Si conoces de este tema, sabrás que en gran parte la violencia doméstica termina en fatalidades. No te permitas a ti misma, ser una cifra más.
Los agresores dentro de la violencia doméstica, generalmente, usan un arma que pesa más que sus puños. Esta es sin duda, la destrucción psicológica de la víctima. Por duro que parezca, cuando eres víctima de violencia, tu autoestima es llevada hasta lo más profundo de tu sótano. De manera progresiva con cada insulto o agresión. La pareja violenta se encarga de hacerte creer que no mereces nada mejor que estar bajo sus pies. Y esta, no es una realidad que no puedas superar.
No debes quedarte callada si sufres de violencia doméstica en tu hogar. El silencio puede acabar con tu vida. Debes encontrar el coraje para salir de ese círculo dañino y vicioso, en el que puedes encontrarte envuelta con tu pareja. ¡No escondas tus heridas! Al contrario, muéstrale al mundo lo que ocurre dentro de las paredes de tu casa. Si te apoyas en personas que realmente te aman, no tendrás nada que temer.
¿Tengo hijos y me da miedo arruinar mi familia?
Lamento decirlo tan directamente, pero si vives bajo un techo en el que la violencia doméstica es el pan de cada día ¡Tu familia ya está más que arruinada! De hecho, ni siquiera podría llamarse familia si hay una figura “paterna” agrediéndote en frente de tus niños. Debes tener en cuenta que, tus hijos son como esponjas. Observarán y aprenderán lo que están presenciando cada vez que vean que golpean a su madre.
Si tienes hijos, deben ser la principal razón para salir corriendo de esa casa con tus pequeños. No deberías enfrentarlos a la violencia doméstica. Puesto que, la misma puede llegar a convertirse en violencia intrafamiliar. Es decir, si este hombre es capaz de golpearte siendo una adulta, obviamente puede golpear a los niños. Ten en cuenta que, los niños son personas indefensas.
Un niño que crezca bajo esta realidad puede padecer muchas consecuencias post traumáticas. Puede desarrollar una rabia insaciable hacia la figura paterna. Así como, ver la violencia doméstica como algo normal y que debe aplicar al crecer. Lee bien esto, pues es un llamado de atención sobre la vida que no deberías darle a tus hijos. Procura hacer los procedimientos necesarios, sin involucrar a los niños y explícales todo con cautela. Lo más importantes es resguardar la seguridad de la familia.
Lo que no debes hacer con tu pareja si te violenta
Por más egoísta que suene, no puedes perdonar. Si tu pareja fue capaz de agredirte una vez, puedes tener la seguridad que lo seguirá haciendo las veces que se lo permitas. En el preciso momento que tenga la intención o te agreda. ¡Debes actuar! No tengas miedo. Existen varias organizaciones en apoyo a las mujeres que sufren de violencia doméstica y violencia de género y a las que podrás recurrir para buscar ayuda.
Si ya estas inmersa en esta realidad, debes decidir actuar. El primer paso para avanzar sobre la violencia doméstica es buscar grupos de apoyo o terapias que enfoquen tus pensamientos para librarte de esta situación. Si ya estas lejos de tu agresor, es más fácil el proceso. Pero si aún compartes el mismo techo con tu pareja. Debes tener cuidado, no dejes que observe ningún cambio en tú conducta hasta que te hayas ido o denunciado. Actúa en silencio, pero actúa. Desenmascarar a tu agresor, es el principio para que la legalidad haga su trabajo y puedas estar a salvo.
Ya eres una mujer libre
Una vez que has gritado al mundo tu realidad, es hora de borrar las huellas de la violencia doméstica en tu vida. Este es un proceso lento y doloroso. Sin embargo, es necesario para volver a renacer como una mujer plena y fuerte, merecedora de cosas maravillosas. Encuentra en tu verdadera familia la fuerza para buscarte bajo los moretones. Además, no dejes de acercarte a algún centro de ayuda sobre la violencia. Con la finalidad de informarte, curar tus cicatrices emocionales y compartir tu historia. Recuerda que, son miles las mujeres que siguen atrapadas por la violencia en casa.