A día de hoy, existen muchas dudas acerca del verdadero beneficio de hacer una mamografía. Muchas personas creen que existe un riesgo muy elevado en torno a su salud al realizarse esta prueba, por lo que prefieren evitarla. Por este motivo, a continuación te explicaremos algunos mitos y la importancia de de las mamografías. Además, describiremos las razones por las que este examen puede salvarte la vida.
¿Qué es una mamografía?
Lo primero que se debe saber es que la mamografía es una prueba de rayos X, en la cual se evalúan los tejidos blandos de las mamas. En mujeres mayores de 40 años, ayuda a detectar el cáncer de mama, lo que permite una detección oportuna y un tratamiento más efectivo. Cabe destacar que una de cada seis mujeres con cáncer de mama tiene entre 40 y 49 años de edad. Es importante mencionar que las mujeres que tienen antecedentes de cáncer de mama en su familia deben iniciar el chequeo mediante la mamografía antes de llegar a los 40 años.

¿Cómo se hace una mamografía?
Cuando te haces una mamografía, lo primero que debes hacer es quitarte la ropa de cintura para arriba, incluido el sostén. A continuación, el técnico que este contigo te ofrecerá una bata para que te cubras. Después, deberás situarte de pie frente a una máquina especial de rayos X. El paso siguiente será colocar cada seno (uno por uno, no se puede realizar con los dos a la vez) sobre una plataforma de plástico. En este momento, el técnico bajará una placa que lo comprimirá.
Esta presión ayudará a extender el tejido para facilitar la detección de tumores u otros signos del cáncer de mama. Este hecho puede llegar a ser molesto y hasta doloroso, pero esta parte de la mamografía dura apenas unos segundos. El proceso completo tarda aproximadamente 15 minutos.
Resultados de la mamografía
Finalmente, el técnico observará la prueba para asegurarse de que no es necesario repetir el procedimiento. Este profesional no examinan la radiografía para detectar signos de cáncer, el responsable de este paso será un médico radiólogo, que lo hará en una cita médica posterior.
Mitos de la mamografía
Uno de los mitos más grandes que existen es que la mamografía te expone a mucha radiación y que puede llegar a niveles peligrosos. Se trata de un dato completamente falso. El mamógrafo emite radiación, sin embargo, a niveles muy bajos, por lo tanto, no representan ningún tipo de peligro para nuestra salud. Por todo lo anterior, los médicos recomiendan siempre hacer una mamografía anual, ya que el beneficio es muy alto y el riesgo prácticamente nulo.
Otras personas creen que por no tener ningún síntoma o antecedentes familiares no hace falta controlar su estado de salud con una mamografía. Se trata de otro dato falso, ya que el 75% de las mujeres a las que se les diagnostica cáncer de mama no tienen antecedentes familiares de esta enfermedad. Por este motivo y como hemos resaltado anteriormente, independientemente de los síntomas, se recomienda realizarse una anual a partir de los 40 años.

Prevenir, mejor que curar
Muchas veces aparecen tumores malignos muy pequeños que no pueden ser palpados, y una mamografía es capaz de detectar un nódulo hasta 2 años antes de que se pueda sentir. Es decir, nos permite detectar con bastante anticipación cualquier lesión maligna que pueda existir, y, de esta manera, hacer un tratamiento menos invasivo. No esperes a tener síntomas, ya que puede ser demasiado tarde.
Otros mitos
Igualmente, también es falso que si tienes implantes en las mamas no puedas hacértela. Sin embargo, es recomendable que consultes primero con tu médico, ya que en estos casos se utilizan posiciones especiales y puede que sean necesarias varias imágenes.
¿Por qué es importante una mamografía?
La importancia de la mamografía se resume en que puede, simplemente, salvar tu vida. No existe riesgo con este procedimiento, es muy rápido y sencillo. Además, tiene un enorme beneficio. Siempre debes controlar esta parte del cuerpo con tu ginecólogo al menos una vez al año. Es indispensable realizarte tanto una mamografía como una citología cumpliendo unos plazos con el fin de confirmar que todo esté bien.