Guía para llevar una vida más ecológica: todo lo que deberías mejorar

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Se puede llevar una vida más ecológica sin gastar más dinero. Este estilo de vida está basado en la sostenibilidad, el respeto y el cuidado del medio ambiente y cualquier forma de vida. El planeta está sufriendo y si no hacemos nada en unas pocas décadas podría desaparecer todo lo que conocemos hoy en día a causa de los crecientes niveles de contaminación.

Cómo llevar una vida más ecológica

Las tres erres

Reciclar ayuda al medio ambiente

Hay que empezar con lo más básico: reducir, reciclar y reutilizar. Antes de comprar un producto es mejor pensar durante unos instantes si realmente es necesario o no. Vivimos en una sociedad muy consumista, en la que la mayoría de objetos que se compran no son realmente indispensables y su uso no compensa los recursos que se han gastado para fabricarlo.

Y después se ha acabado eso de usar y tirar. Separar la basura y reciclar es un sencillo gesto que puede ayudar mucho al planeta, solo es necesario cambiar un poco la rutina y tener varios cubos de basura pequeños en vez de uno grande. Incluso hay cubos con separadores en su interior, por lo que ya no sirve la excusa de “no tengo espacio”. También es muy importante intentar darle una segunda vida a las cosas que nos rodean y han dejado de sernos útiles.

Estas tres acciones, además de ayudar al medio ambiente, permiten ahorrar dinero.

Escoger bien dónde comprar

No todos los productos de alimentación, higiene personal, limpieza y demás tienen que comprarse en grandes supermercados. Cada vez hay más pequeñas tiendas con productos a granel, lo que permite hacer compras más ajustadas a las necesidades de la casa para no tirar nada después; tiendas con productos de proximidad, para evitar la emisión de grandes cantidades de carbono a la atmósfera durante su transporte; tiendas con productos de origen animal de granjas ecológicas, que son más respetuosas; tiendas de cosmética vegana, porque no es necesario utilizar animales para hacer buenos productos de cosmética.

Sí que es cierto que comprar todos los productos en cooperativas, tiendas ecológicas o a granel puede ser más caro. Pero si todos compráramos una pequeña parte de ellos, el impacto en el medio ambiente sería grande.

Existe la opción de montar un pequeño huerto en el balcón. Es una manera muy buena de ahorrar dinero, reducir el consumo en supermercados y pasar unos ratos muy entretenidos.

Reducir el plástico

Muchos plásticos no se reciclan

Estamos rodeados de bolsas, envases, envoltorios, botellas y un sinfín más de objetos de plástico que fácilmente podrían sustituirse por otros materiales más ecológicos. Se ha demostrado que calentar comida en un tupper de plástico es tóxico, ¿por qué no usar uno de vidrio? Es más sostenible y no perjudica la salud. Tampoco es necesario comprar botellas de agua, ¿por qué no rellenar una botella de vidrio? El agua del grifo se puede filtrar antes de verterla en una botella de vidrio o de acero inoxidable reutilizable. Y pasa lo mismo con las bolsas de plástico. Se pueden utilizar bolsas de tela, son mucho más bonitas, son fáciles de lavar y son reutilizables.

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Con estos pequeños gestos se reduciría muchísimo el consumo de plástico, que es un material que tiene un ciclo de vida y reciclaje muy largo.

Saber comprar ropa

La ropa está en contacto directo con la piel, por lo que es mejor tener poca pero que sea de calidad. Lo mejor es apostar por fibras sanas, sostenibles y naturales, como el lino, el cáñamo y el algodón orgánico; y evitar el antimonio en el poliéster o las prendas negras y el cromo en el verde, azul y marrón porque contienen tóxicos. Además, durante el proceso de tintado, el agua que se utiliza va a parar a los ríos.

Como la ropa es una de las cosas más difíciles de reciclar porque está hecha con fibras cortas y mezcladas, cuando se compra hay que mirar muy bien dónde se hizo, con qué se hizo y si tiene o no tóxicos. También es muy importante pensar durante unos instantes si realmente esa prenda es necesaria o no. Y lo más importante, nunca hay que tirarla porque se puede reparar, vender, intercambiar o donar.

Ahorrar agua y electricidad

Gastar mucha agua perjudica al medio ambiente

Hay unos gestos muy sencillos que pueden ayudar muchísimo al planeta si todos los practicáramos. Algo tan obvio como cerrar el grifo cuando no es necesario que esté abierto, no utilizar agua caliente para todo o ducharse en vez de bañarse son acciones muy básicas para iniciar una vida más ecológica y hasta más económica.

En cuanto a la luz, es mejor escoger compañías eléctricas que apuesten por energías renovables. También habría que desconectar los aparatos electrónicos cuando no se están utilizando, apagar las luces si no hay nadie en esa habitación, utilizar bombillas de bajo consumo y aprovechar al máximo la luz natural. Pintar las paredes de las habitaciones con colores claros aumenta la luminosidad, lo que puede suponer un ahorro energético considerable a lo largo del año.

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Aprender a limpiar

Limpiar puede ser más tóxico que no hacerlo. Muchos productos de limpieza contienen sustancias tóxicas, por lo que al final se limpia ensuciando. Lo mejor es utilizar productos ecológicos y liberar el hogar de sustancias tóxicas, corrosivas, abrasivas, inflamables y peligrosas. Además, muchos de estos productos van a parar al mar a través de los desagües y otras sustancias acaban en el aire, por lo que diariamente nuestro cuerpo absorbe un sinfín de partículas tóxicas que, a la larga, pueden desencadenar enfermedades. También hay que evitar los ambientadores y sustituirlos por plantas, que además de limpiar el aire, le dan un aroma fresco y natural a la casa.

Utilizar el transporte público y la bicicleta

Utilizar la bicicleta en vez del coche es bueno para el planeta

Hay que evitar utilizar el coche para desplazamientos cortos o innecesarios. En estos casos es mejor utilizar el transporte público, la bicicleta o el patinete o monociclo eléctrico, incluso caminar puede ser una muy buena opción para ganar salud y reducir contaminación.

Si el coche es un elemento muy necesario, hay que mantenerlo en unas condiciones óptimas para evitar que contamine en exceso. Cualquier gesto vale para reducir la emisión de gases a la atmósfera.

Intentar reparar

La mala calidad de los aparatos hace que mucha gente opte por sustituir en vez de reparar cuando aparece el primer fallo. Aunque a veces puede resultar un poco difícil encontrarlos, lo mejor es comprar aparatos que puedan abrirse para repararse. Claro que aquí el factor económico es muy importante y, a menudo, la reparación puede ser hasta más costosa que la adquisición de uno nuevo. Pero por intentarlo no se pierde nada.

En caso de que el aparato no pueda repararse, hay que llevarlo a un punto de reciclaje. También se puede intentar venderlo por piezas.

Practicar el veganismo

Para llevar una vida más ecológica no es necesario hacerse vegano de los pies a la cabeza, aunque esto sería lo ideal. Pero sí es necesario eliminar los productos de cosmética, higiene personal o limpieza de origen animal y de empresas que experimenten con animales. Y nuestra recomendación, además, es que como mínimo un día a la semana no se consuma nada de origen animal.

Cambiar los hábitos de un día para otro no es fácil. Pero las prácticas anteriores, sin suponer un esfuerzo demasiado grande, pueden tener un impacto muy positivo en el medio ambiente. Entre todos aún podemos salvar a nuestro planeta si cada uno conseguimos llevar una vida más ecológica..

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