¿Roncas cuando duermes? Es posible que, durante esos sonoros momentos, tu respiración se detenga durante unos instantes cortos, recuperándola casi de forma instantánea. Al trastorno del sueño que lo provoca se le denomina apnea del sueño o hipoapneas del sueño.
Este trastorno afecta a más del 20% de los adultos, con especial incidencia a partir de los 50 años. En grupos de edad de menos edad, el índice de prevalencia se sitúa en el 10% en el caso de los hombres y un 5% en el de las mujeres, según los datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Qué es la apnea del sueño
La apnea del sueño se produce a raíz de la pérdida de tono muscular en la vía aérea durante el sueño, ya que se obstruye la entrada de aire por las vías respiratorias al organismo. Dicha obstrucción se produce de forma intermitente a lo largo de todo el ciclo de descanso. El resultado de este proceso es un mayor esfuerzo físico del individuo en un momento en el que habría estar relajado.
Derivada de esta tensión durante las horas de sueño, los afectados muestran síntomas de cansancio cuando se levantan, dolores frecuentes de cabeza al despertar, sienten más sueño durante el día o se concentran con mayores dificultades.
En todo el mundo, se han registrado más de 936 millones de casos de apnea obstructiva del sueño.
Tipos de apneas de sueño
Cuando hablamos de apnea del sueño, hay que diferenciar entre los diferentes tipos de hipoapneas, que determinan cómo se produce la obstrucción de las vías aéreas.
Así, la apnea obstructiva del sueño, es la que hace que los músculos se relajen y se obstruya la garganta desde la parte posterior de la lengua. Sin embargo, dicha obstrucción puede derivar de una ausencia de órdenes para controlar la respiración desde el cerebro. En estos casos, se diagnostica como apnea central del sueño.
En aquellos casos en los que convergen ambas situaciones, el diagnóstico es síndrome de apnea del sueño compleja.

¿Qué tratamientos para la apnea obstructiva del sueño existen?
Los casos más leves de apnea de sueño obstructiva -la más común- se abordan realizando unos cambios en el estilo de vida del paciente (adelgazar, dejar de fumar, realizar ejercicio físico, etcétera). Cuando el cuadro clínico es más grave, o las primeras medidas se muestran inefectivas, se optan por otros tratamientos.
A día de hoy, el tratamiento de apnea del sueño que mayor efectividad ha demostrado es la CPAP o presión positiva continua de la vía aérea, que consiste en administrar aire de forma continua durante la noche al paciente a través de una mascarilla. Esta entubación se coloca sobre la nariz.
Cuando la CPAP falla
Si estas terapias contra la apnea del sueño no resultan efectivas o bien no hay forma de que el paciente se adapta al tratamiento con CPAP, los médicos puedes optar por la cirugía, ya sea ablandando o extirpando tejido de la parte posterior de la boca y la superior de la garganta, además de las amígdalas y las adenoides; realizando una reubicación de la mandíbula para aumentar el espacio detrás de la lengua; o la implantación de varillas de plástico.
Solo en los casos más graves en los que la vida del paciente corre peligro se opta por la traqueotomía.
Una nueva esperanza para el tratamiento de la apnea de sueño
A pesar de su efectividad del tratamiento de CPAP, más de un 20% de los pacientes lo han descartado al no ser capaces de adaptarse a dormir con una mascarilla de aire.
Hasta ahora, las alternativas a aquellos que no pueden dormir con la mascarilla de la CPAP eran reducidas. Recientes estudios del Departamento de Medicina del Sueño de la Harvard Medical School de Boston (EE.UU.) sobre el efecto de la combinación de dos elementos como son la atomoxetina y oxibutinina han registrado una efectividad del 63% en pacientes con apneas de sueño.
La lengua, la clave para entender y tratar la apnea del sueño
Los investigadores que han desarrollado este prometedor tratamiento para la apnea obstructiva del sueño han focalizado sus estudios en cómo conseguir que la lengua (o, más concretamente, el músculo geniogloso) no obstruyan las vías respiratorias durante el sueño.
Ahora bien, la eficacia máxima del medicamento solo se garantiza con la combinación de ambos compuestos, y es que, según los impulsores, la atomoxetina actúa únicamente durante la fase no REM del sueño, aumentando la actividad del músculo responsable de que la lengua no se relaje y obstruya las vías respiratorias; por su parte, la oxibutinina, consigue el mismo efecto, pero en la fase REM.
Así pues, solo la combinación de ambos agentes asegura al paciente todo un ciclo completo de descanso.