Consejos para diferenciar si tienes la piel seca o grasa

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Con la abrumadora cantidad de información disponible, descubrir cómo cuidar nuestra piel puede ser complicado. Pero antes de que podamos siquiera pensar en productos, rutinas y cómo cuidarla, necesitamos saber a qué nos enfrentamos. Saber si tenemos piel seca o grasa es muy importante.

Ahí es donde entra el tipo de piel. Hay algunas categorías generales de tipos de piel que pueden ayudarnos a definir la misma y llegar a conocerla mejor. Por supuesto, nuestra piel es complicada y no siempre encajará perfectamente en una categoría establecida.

Hay muchos factores que pueden influir y cambiar el tipo de piel, a continuación vamos a intentar ayudarte a diferenciar si tu piel es seca o grasa. Esto, a su vez, te dará un plan para elegir los mejores productos y métodos para su cuidado.

Como nota general, esto se refiere principalmente a la piel facial. Algunos principios también se aplicarán a la piel del cuerpo.

Determina si tienes piel seca o grasa

1. Observa cómo se siente tu piel

Es importante notar cómo se siente nuestra piel en cualquier día de la semana. Su textura, puede revelar mucho acerca de su naturaleza.

Piel combinada: la piel combinada generalmente se siente grasosa en la zona T (el área que incluye la frente, la nariz y el mentón) pero seca en cualquier otro lugar. También puede estar grasa y seca en diferentes lugares, pero si observas dos o más texturas diferentes en la cara, es una señal de que está tratando con una piel combinada.

Piel grasa: la piel grasa se reconoce por ser brillante y como más aceitosa por todas partes. Si sientes que estás constantemente con manchas, hay zonas donde brotan gran cantidad de granos muy juntos, esto significa que probablemente tienes la piel grasa.

piel grasa

Piel seca: la piel seca es un tipo de piel que se nota con gran facilidad. las personas que tienen este tipo de piel, sienten constantemente la cara seca y tensa. En ocasiones pueden hasta aparecer escamas o grietas, especialmente en los meses de frío.

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2. Observa los poros de tu piel

Los poros son grandes indicadores del tipo de piel. Su tamaño y tendencia a obstruirse puede decir mucho sobre la piel seca o grasa y su estado.

Las personas con la piel grasa, a menudo tienen problemas con poros muy dilatados, que se obstruyen fácilmente con el sudor y las secreciones propias de la piel. Suelen sufrir más alteraciones de su dermis, pues la grasa contribuye a la aparición de erupciones y zonas de irritación.

Por el contrario, las pieles secas, son generalmente con poros muy pequeños y concentrados. Este tipo de piel, puede cambiar durante los años, por lo que diferenciarla no debe costarnos mucho trabajo. Suele presentar síntomas de tirantez e incomodidad, que rápidamente se calman ante la hidratación de la misma.

3. Observa la piel después de su limpieza

La mejor forma de poder analizar nuestra piel, es encontrándose esta limpia y seca. La personas que disponen de una dermis normal, después de una ducha y un poco de crema hidratante, pasan el día sin ninguna irritación o alteración de la misma. Son pieles sanas que no necesitan más que una crema hidratante común. Sin embargo en pieles secas y grasas esto no es tan sencillo.

En pieles grasas, aunque después de la limpieza e hidratación muestran buen aspecto, tienden a cambiar a lo largo del día. Poco después, suelen volver a su aspecto brillante, oleoso o graso por algunas zonas de la piel, por lo que en estos casos una crema hidratante normal no puede ayudarnos. La crema hidratante tiende a hacer que la piel sea aún más grasa. Esto no significa que no dispongamos de productos específicos que puedan ayudarnos en gran medida a eliminar estos excesos de grasa.

La pieles secas, suele mostrar como decíamos un aspecto agrietado, tenso y deshidratado. Generalmente hay zonas del cuerpo que se sentirán más afectadas, sobre todo la cara y manos. Las personas que tienen este tipo de piel, necesitan una hidratación constante.

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Es decir, en ocasiones una piel seca, aunque la hidratemos puede volver a presentar un déficit de graso. Por lo que es más que importante una constante hidratación corporal, independientemente de si es piel seca o grasa, a no ser que sea una piel grasa en exceso. Sobretodo en las primeras y últimas horas del día.

4.Cuida tu piel

Las personas con piel grasa, producen más que suficiente aceite, por lo que la hidratación no es su problema. Por el contrario, las espinillas y granos son un problema común con este tipo de piel. Si todavía no estás seguro si tiene la piel grasa, seca tu cara con un pañuelo de papel. Si el papel retiene grasa o aceite, probablemente si tengas este tipo de piel.

Piel seca

Cómo cuidarla: se recomienda limpiar la cara a menudo y evitar cremas y emulsiones ​​para minimizar la cantidad de grasa, cuando esta sea piel seca o grasa. Busca protectores solares sin aceite y lociones también para que no agregue más aceite a su piel.

Si por el contrario nos encontramos ante una piel seca, está a menudo tiene líneas más visibles, menos elasticidad y una tez más opaca. Algunas veces las personas con piel seca también experimentan descamación, pero este no es siempre el caso.

Cómo cuidarla: la humedad es la clave para cuidar la piel seca. Usa lociones y cremas para nutrir las células de su piel.

En ocasiones estos tipos de piel pueden ser consecuencia de los cosméticos que nos apliquemos. Por ello, es importante dejar de utilizar al menos un día los productos que usemos de forma cotidiana. Puede que sin ellos, observemos que tenemos un tipo de piel diferente al que pensábamos.

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